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Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás” (Isaías 43:1, 2).*

Mientras enfrentamos las consecuencias individuales y sociales de esta pandemia que arrasa al mundo, ¡podemos prepararnos para empezar de nuevo! Precisamente, en este número comenzamos con una nueva columna que se titula: “Soñar de nuevo” (pp. 44, 45).

Quiero dejarte un par de ideas respecto de cómo empezar de nuevo.

Aprovecha las circunstancias para dividir tu historia en un antes y un después de la pandemia. Esta es una decisión personal, interior y muy íntima. Para que la semilla del árbol de tu futuro germine, y ese árbol luego dé frutos permanentes, debes enterrarla profundamente, y debes regarla y cuidarla. Las buenas decisiones solo tienen permanencia en el tiempo si tienen raíces profundas.

Piensa que, si te has propuesto mirar el futuro, tus ojos no pueden estar en el pasado. No te olvides de lo que estás sufriendo y has sufrido en esta pandemia, pero deja atrás los tiempos amargos. No los lleves contigo. Suelta lo que te ata al pasado y lánzate con fuerzas al futuro. Tu presente será mucho más luminoso de lo que las circunstancias parecerán sugerirte. Recuerda que si miras fuera de ti, tendrás una pesadilla, pero si miras dentro de ti, podrás soñar. En tu corazón, la residencia de Jesús, está tu mejor tesoro: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).

¿Qué significa “guardar tu corazón por sobre todas las cosas”? Empecemos por las emociones. Identifica y reconoce lo que sientes. Procura mirar tus emociones de frente. Pero ten presente que ellas no definen quién eres. Di: “Me siento furioso” o “Estoy muy triste”. Permite que surjan a tu conciencia las emociones más negativas, pero no te identifiques con ellas y menos permitas que ellas te juzguen. En otras palabras, no creas que ellas definen tu persona.

Desde el punto de vista espiritual, “guardar el corazón” significa “guardarse en Dios mediante la fe”. Escucha lo que te dice el Señor: “No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo” (Isaías 43:1, 2, NTV).*

¡Amén!

* Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

El autor es editor de la revista El Centinela.

SoƱar de nuevo

por Ricardo Bentancur
  
Tomado de El Centinela®
de Octubre 2020