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A veces se nota, a veces no. Los ojos tristes, la mirada furtiva. El exceso de maquillaje o las mangas largas para cubrir los magullones. El dolor de vivir bajo el temor de una golpiza de parte de la persona que una vez amó. La víctima de violencia familiar enfrenta un patrón repetido de abuso físico, emocional, psicológico o sexual que la reduce a una sombra de lo que puede ser.

Durante varios años de trabajo pastoral estuve en contacto con personas disminuidas por el espanto de la violencia en su propio hogar. Tristemente, incluso en las iglesias se dan casos de agresión doméstica, damas y niños que muchas veces asisten al culto religioso con marcas en el cuerpo y en el alma. Los estudios muestran que la violencia contra la mujer es uno de los grandes males sociales de nuestros tiempos. Por esto, EL CENTINELA se une a las Naciones Unidas en la designación del mes de noviembre 2011 para abogar por la eliminación de la violencia contra la mujer.

Un documento del Departamento de Justicia de los Estados Unidos comienza con la siguiente estadística: “Cerca de 25 por ciento de todas la mujeres encuestadas y 8 por ciento de los hombres dice que fueron violados a asaltados físicamente por un cónyuge actual o anterior, la persona con la que cohabita o un pretendiente en algún momento de la vida”.1

Un informe2 del National Network to End Domestic Violence [Red nacional para terminar con la violencia doméstica] añade algunos datos aterradores:

  • Como promedio, cada día mueren tres mujeres en Estados Unidos a manos de su esposo o amante.
  • Aproximadamente 2,3 millones de personas son violadas o agredidas físicamente por un ex cónyuge, novio o novia cada año.
  • Aproximadamente un 37 por ciento de todas las mujeres que van a una sala de emergencia de un hospital en busca de tratamiento por algún percance físico han sido víctimas de violencia de parte de un compañero íntimo.
  • Alrededor de 14,5 millones de niños presencian algún acto de violencia doméstica durante cada año.
  • Los hombres expuestos al abuso cuando niños, tienen cuatro veces mayor probabilidad de cometer ellos mismos violencia doméstica.

¿Qué pueden hacer las víctimas?

La persona abusada o agredida puede obtener una orden de protección que impida que el abusador se le acerque físicamente. También puede acudir a un refugio para mujeres o explorar opciones por medio de grupos de apoyo o llamadas anónimas a programas locales de refugio o líneas de ayuda. Hay miles de refugios en los Estados Unidos, Canadá y en casi cada país del mundo que proveen un lugar seguro, consejería, ayuda legal y otros recursos para ellas y sus hijos. Si usted está en peligro, llame a 911. En los Estados Unidos puede llamar a la línea nacional de ayuda (1-800-799-7233). Los adolescentes pueden llamar a 1-866-331-9474.

Es difícil abandonar al abusador. Éste a menudo le hace sentir a la víctima que ella es culpable del abuso, o la convence de que no podría sobrevivir sola, ya sea financieramente, o por su falta de conocimiento. Los abusadores muchas veces colocan restricciones a las finanzas de la víctima para mantenerla bajo su control. A veces la víctima se convence de que el abusador algún día cumplirá sus promesas y dejará de agredirla. No es fácil dejar ir los sueños de felicidad que un día anidaron en el corazón.

Características del abusador

He aquí algunas señales que los expertos han identificado en el perfil de la persona abusiva.

  1. Insiste en entablar una relación demasiado rápido.
  2. Puede ser encantadora y parecer un excelente partido.
  3. Insiste en que la otra persona deje de participar en pasatiempos o no pase tiempo con su familia o amigos.
  4. Es extremadamente celosa y controladora.
  5. No acepta responsabilidad por sus acciones y culpa a otros por sus problemas.
  6. Critica a su pareja por su apariencia y habla mal de ella ante otros.

Estas señales no siempre representan acciones abusivas, pero pueden ser síntomas de peligro.

No es fácil para el abusador cambiar. Él o ella tiene que tomar una decisión propia de cambiar. Una vez que el abusador tiene todo el poder en una relación, es muy difícil cambiar a una relación saludable en que se comparten las decisiones y el poder. A veces el abusador puede abandonar la violencia física, pero mantener el control absoluto de la otra persona por la intimidación. El abuso psicológico también tiene consecuencias devastadoras.

¿Qué podemos hacer para ayudar?

Ningún lugar, persona o situación en la sociedad debe condonar o proteger la violencia. Si conocemos alguna víctima de violencia podemos ayudarla a explorar opciones o informar a las autoridades en casos extremos, pero siempre tenga en mente la seguridad suya y de la víctima. Toda persona que presta servicios profesionales, incluyendo a médicos, psicólogos y ministros religiosos, está obligada por la ley a reportar casos de abuso.

Para el creyente, la violencia doméstica parece tan aberrante que a veces es más fácil suponer que no existe. Podemos y debemos orar por la víctima y el victimario, pero es importante hacer lo que sea necesario para detener el abuso y ofrecer un ambiente seguro para la mujer y los hijos de la pareja. Con el tiempo y tratamiento, la situación puede cambiar y quizá se pueda salvar el hogar.

1http://www.nnedv.org/resources/stats/faqaboutdv.html
2http://www.nnedv.org/docs/Stats/NNEDV_DVSA_factsheet2010.pdf


El autor es el director de EL CENTINELA.

Diga no a la violencia contra la mujer

por Miguel A. Valdivia
  
Tomado de El Centinela®
de Noviembre 2011