Una de las preguntas que me formulan con frecuencia en mi función de entrenador personal, es: ¿Debería hacer ejercicios cardiovasculares, como caminar o correr, o levantar pesas? En realidad, no existe una fórmula mágica para este dilema, más bien tiene que ver con la meta personal que tengas. Para ayudarte un poco y para que tengas una mejor idea de qué hacer primero, recurriré a la ciencia y a mi experiencia.
Veamos un ejemplo. Si estás entrenando para algo específico, como un maratón o cualquier carrera de larga distancia, dale prioridad a tu entrenamiento de larga distancia para que tu energía sea utilizada en lo que es más importante para ti. Después, haz ejercicio de pesas para fortaleza. Supongamos que tu meta es desarrollar un poco más tus glúteos o tu masa muscular; sería mejor que hicieras unas sentadillas o desplantes antes de hacer tu cardio, para que tus resultados sean más efectivos.
En un estudio de investigación realizado por Western Colorado University, tomaron a 24 hombres y mujeres sanos y físicamente activos entre las edades de 18 y 38 años. Los participantes tuvieron 24 entrenamientos supervisados. El entrenamiento incluyó treinta minutos de ejercicios cardiovasculares en una corredora, ocho minutos de resistencia, ocho de flexibilidad, y tres ejercicios neuromotores (corriendo de lado, prueba de agilidad, hexagonal y sentadillas con una sola pierna). Los investigadores llevaron a cabo 24 sesiones en total, para permitir todas las combinaciones posibles de secuencias de entrenamiento, lo que incluía:
- Cardiorrespiratorio, resistencia, neuromotora, flexibilidad.
- Resistencia, neuromotora, flexibilidad, cardiorrespiratorio.
- Neuromotora, flexibilidad, cardiorrespiratorio, resistencia, etc.
Según los investigadores, los resultados fueron los siguientes: Hubo más mejora del estado físico al comenzar el entrenamiento con ejercicios cardiovasculares, seguidos con ejercicios con pesas. Los ejercicios de flexibilidad y neuromotores pueden hacerse en cualquier orden. Los investigadores descubrieron que esta secuencia no solo ofrece mejoras físicas, sino también psicológicas.
Aunque los investigadores coinciden en que sus hallazgos no funcionan para quienes tienen objetivos de entrenamiento muy específicos, son una generalización de cómo se debe estructurar un entrenamiento básico para el mejor aprovechamiento.
En conclusión, basado en mi experiencia como entrenador personal, coincido con los investigadores de este estudio. Para que decidas qué hacer primero, pesas o cardio, tienes que identificar tus objetivos y diseñar tu rutina de ejercicios teniéndolo en mente. También, prueba diferentes combinaciones para ver cuál te dará los resultados que buscas. La clave es empezar a moverte y disfrutar de los resultados.
El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.
