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Un día nuestro hijo mayor tomó prestado nuestro automóvil y se fue a pasear con sus amigos. Cuando se le terminó el diesel, buscó una estación de servicio y llenó el tanque con gasolina, pero el motor no encendió. Luego de varios intentos y revisiones, nos llamó para decirnos lo que le acontecía. Le preguntamos si el auto andaba bien antes de que le pusiera diesel, y nos preguntó: “Diesel...?”, y entonces vinieron las palabras que no queríamos escuchar: “Papi, se me olvidó que tu carro usa diesel, y le puse gasolina”

Aunque no somos máquinas motorizadas, los seres humanos también necesitamos el combustible emocional preciso para funcionar óptimamente. Si se le provee a la familia un combustible emocional inadecuado, las relaciones se trastornarán. El combustible emocional adecuado se consigue en el hogar. Consiste en una mezcla de amor, respeto y cariño, aceptación y afirmación, disciplina y validación. Esto proporciona la energía, el impulso, la motivación y la creatividad para llegar a ser saludables, optimistas y productivos.

Las ciencias de la psicología nos han advertido que un apego o un vínculo emocional nocivo deja a la persona fragmentada, social y emocionalmente incapacitada, y con una gama de adicciones para poder sobrellevar el dolor de sentirse desconectada, sola y muchas veces malentendida.1 Fortalecer el lazo familiar es poner buen combustible en el sistema, lo que beneficia a todos. Por ejemplo, las parejas felices tienden a ganar más dinero, a enfermarse menos, y a sufrir menos de enfermedades cardiovasculares y estrés.2

Un hombre apreciado y admirado por su esposa tendrá niveles saludables de testosterona, la hormona masculina que le da un sentido general de bienestar físico, mental, social y sexual, y que mantiene en niveles bajos la hormona cortisol, la responsable de generar estrés. Una dama tratada con cariño y a quien su esposo escucha con atención, tendrá suficiente oxitocina y serotonina, lo que la hará sentirse amada y relajada, comprendida y valorada, y más dispuesta para el acto marital.

Los hijos entendidos, respetados, acariciados apropiadamente y entrenados por sus padres para navegar en las aguas turbias de una sociedad confusa, complicada y demandante, tendrán una base que les dará el apoyo emocional y psicológico necesario para triunfar en la vida. No esperes más. Decide hoy fortalecer los lazos de tu familia siguiendo algunos de estos consejos:

1. Decide pasar tiempo con tu familia. Yo (César) tenía ocho años cuando un domingo me quedé solo con mi madre. Ella tenía dos trabajos, a fin de sostener a mis dos hermanas y a mí. Salía muy temprano y regresaba ya tarde por la noche. Ese domingo, mientras mis hermanas estaban de fin de semana con mis primos, ella y yo desayunábamos en bochornoso silencio. Después de ese domingo revelador, ella comenzó a tomar tiempo para conocerme, y comenzamos a realizar actividades juntos.

Haz citas para pasar tiempo individual con cada miembro de tu familia. Crea tradiciones, jueguen juntos, haz dramas con ellos, trabajen en un rompecabezas como equipo, pinten la casa, remodelen el baño. Estas actividades familiares regulares les proporcionarán una relación en la que el nivel de confianza va a crecer, y el sentido de parentesco y de unidad será un fuerte apoyo para todos.

2. Decide apreciar la individualidad de los miembros de tu familia. Cada miembro de tu familia es único. El salmista declara: “Tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre... Bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas” (Salmo 139:13-16). El Creador no nos formó en una línea de ensamblaje. Fuimos hechos diferentes, para escribir historias diferentes en nuestros propios libros de vida. Somos diferentes en la manera como pensamos, nos expresamos, funcionamos y procesamos la vida. Reconoce esta riqueza de recursos únicos y diferentes dentro de tu familia y celébralos.

El Creador nos otorgó dos hijos. A uno le encanta explorar el mundo, conducir autos. Cuando él tenía seis años, nos preguntó si podía quedarse con nuestro automóvil cuando tuviera edad para conducir. A nosotros se nos olvidó que los hijos crecen y llegan a ser capaces de obtener licencias de conducir, y accedimos. Cuando tuvo la edad suficiente, nuestro hijo tramitó su licencia y luego nos dijo: “Papi y mami, ustedes me prometieron que el auto sería mío cuando creciera. Aquí está mi licencia, denme las llaves”. Tuvimos que soltarle el automóvil deportivo que nos gustaba mucho. A nuestro hijo menor, quien ya tiene edad para manejar y tener un auto, ¡eso no le interesa! Prefiere que su hermano lo lleve adonde quiere ir.

Aprecia la individualidad de los miembros de tu familia; celébrala como un don de Dios para que cada uno se realice en la vida.

3. Decide establecer la noche de “Oscar Familiar”. Una vez por mes o trimestralmente puedes reconocer y reforzar lo bueno que tus hijos o tu cónyuge han estado haciendo, y premiarlos. Puedes galardonar a la persona más organizada, más complaciente, creativa o servicial, al hijo más obediente. Esto fomenta el aprecio y enriquece la estima propia.

4. Decide promover la amabilidad. En una encuesta se descubrió que la amabilidad es uno de los factores más fuertes que predicen mejores resultados familiares.3 Jesús dijo al respecto: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (S. Mateo 7:12). Las familias amables disfrutan de gran satisfacción personal. A diferencia de los niños que proceden de familias poco amables. Los que provienen de familias amables tienen mejor rendimiento escolar, y se mantienen lejos de las drogas, el crimen y las pandillas. La amabilidad se expresa en actos, así como en palabras. Al ser amables decimos a nuestros amados: “te amo”, “me interesas”, “eres importante para mí”. Esto crea una atmósfera amigable, cariñosa y enriquecedora.

5. Decide ser afectuoso. El sabio Salomón escribió: “En todo tiempo ama el amigo” (Proverbios 17:17), pero si tu afecto no es percibido como tal por la persona a quien lo diriges, no es afecto. No ames a tu familia a “tu manera”, porque tal vez ellos no sientan tu amor. Pregúntale a cada miembro de tu familia: “¿Cuál es tu lenguaje del amor?”, pues cada persona experimenta el afecto familiar, paterno y romántico de manera diferente. Algunos gustan de abrazos y caricias, otros de regalos, otros de tiempo de calidad; hay quienes necesitan actos de servicio, y otros, palabras de afirmación o aprecio. Lee el libro, Los cinco lenguajes del amor, y compártelo con tu familia.

6. Decide perdonar. Esto fomenta la unidad, el amor y la simpatía. Perdonar es utilizar la habilidad cognoscitiva y la fortaleza espiritual para dejar ir la ira, el enojo, la amargura y los deseos de venganza, y decidir dejar de ser infeliz. La Biblia indica: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” (Efesios 4:31). Para disfrutar de una vida liviana emocionalmente y funcionar óptimamente, necesitamos librarnos del sentimiento negativo. Se ha dicho que odiar a quienes nos han lastimado, y desearles mal, es como tomarse una dosis de veneno y esperar que ellos se mueran. El Señor Jesucristo enfatizó la importancia del perdón: “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (S. Mateo 6:14, 15).

Conclusión

Tu familia es tu mejor capital, tu mejor inversión. Si alimentas a cada miembro de este círculo sagrado, ellos serán fuente de vida, gozo y satisfacción. Nada hay más satisfactorio que los miembros de tu familia piensen lo mejor de ti, crean lo mejor de ti, esperen lo mejor de ti, te tengan confianza y te ofrezcan el amor y la aceptación que necesitas. Decide hoy fortalecer tus lazos familiares.

1. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, tomo 38, No 2, pp. 219-231.
2. P.Y. Goodwin, W.D. Mosher, A. Shandra, Marriage and Cohabitation in the United States: A Statistical Portrait Based on Cycle 6 (2002) of the National Survey of Family Growth. (Washington D. C.: National Center for Health Statistics, 2010) p. 4.
3. Accesado en octubre, 2015 en: http://greatergood.berkeley.edu/raising_happiness/post/five_ways_to_raise_kind_children.


El doctor César y la licenciada Carolann De León son terapeutas matrimoniales.

Decide fortalecer los lazos familiares

por César y Carolann de León
  
Tomado de El Centinela®
de Enero 2016