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El dolor es la razón más común para acudir al médico. La urgencia con la que procuramos ayuda profesional depende grandemente de la parte del cuerpo que está afectada. Generalmente se busca alivio inmediato cuando se trata de dolor en el pecho o dolores severos de cabeza, mientras que la persona con dolor de espalda puede postergar la búsqueda de ayuda hasta que el dolor llega a ser insoportable o incluso incapacitante. Algunas veces, como en el cáncer, el dolor viene demasiado tarde para advertirnos acerca de la seriedad del padecimiento. El Creador ha planeado las cosas de tal modo que las advertencias del peligro, en este caso el dolor, deberían ser tenidas en cuenta para prevenir o corregir las experiencias nocivas.

Cerca de 50 millones de dólares se gastan por año en los Estados Unidos en asuntos referidos al dolor de espalda, y más de 65 millones de personas viven con esta dolencia. El daño corporal más frecuente relacionado con el trabajo es el dolor de espalda, que interfiere con la vida laboral, las actividades diarias y la libertad de movimiento. Mientras que la mayoría de las personas se recupera en poco tiempo, algunas necesitan más cuidado médico o aun la cirugía para solucionar el problema.

La sensación de dolor

La sensación del dolor se transmite a través de las vías nerviosas hasta llegar al cerebro. En palabras sencillas, un tronco nervioso es algo así como una autopista con carriles que entran y salen de la vía principal. Esa vía principal es la médula espinal, que se conecta con el cerebro. Los carriles que salen son las vías motoras que estimulan los músculos y las actividades de otros órganos, mientras que los carriles que entran, o vías sensoriales, transmiten los mensajes de irritación u otras sensaciones desagradables desde la periferia al cerebro. Estos mensajes advierten al sujeto acerca de las alteraciones que están ocurriendo en un determinado órgano del cuerpo. La vía nerviosa afectada indica el área del cuerpo donde se siente el dolor. Los mensajes son enviados a través de la médula espinal a áreas sensoriales específicas en el cerebro, y esto hace que una persona sienta dolor.

Causas comunes

El dolor de espalda puede ser atribuido a varias causas: vértebras fracturadas, infecciones, tumores, desgarros o lastimaduras en la médula espinal o en las raíces nerviosas, tensiones musculares, osteoporosis, artritis, envejecimiento, problemas vasculares, trauma, o cualquier enfermedad que afecte algún órgano del tórax o del abdomen.

Una causa común del dolor de espalda es un disco roto o herniado. Esto puede ser el resultado de caídas, accidentes o malas posturas del cuerpo cuando se levanta o empuja algún objeto pesado. La columna vertebral está hecha de huesos unidos entre sí y separados por discos. Los discos son cartílagos envueltos en una cápsula resistente, y actúan como un amortiguador entre cada vértebra para prevenir el daño durante los movimientos de la espina dorsal. Cuando la cápsula se rompe y el suave tejido interior se sale de su lugar, decimos que hay una hernia de disco. Cuando un disco está herniado, ejerce presión sobre la zona cercana a las raíces nerviosas y esto causa dolor.

Los médicos generalmente pueden predecir cuál es el disco afectado y en qué grado lo está, mediante la ubicación de la zona del dolor: si éste se irradia a ciertas áreas, si hay entumecimiento o si están alterados los reflejos de esa parte del cuerpo.

Atacando al problema

Es imperativo visitar al médico para el diagnóstico apropiado. No buscar ayuda profesional puede agravar el estado de las raíces nerviosas dañadas, y en algunos casos afectar las extremidades comprometidas al punto de llegar a la inmovilidad o a la parálisis. Para tener un diagnóstico seguro, es necesario un detallado historial de los hechos que llevaron a esta situación. Luego, un médico especializado en dolores de espalda debe hacer un examen físico cuidadoso y minucioso. En estos casos, generalmente se realizan pruebas de diagnóstico como rayos X, tomografía computarizada o resonancia magnética.

El manejo del caso dependerá del examen físico y de los resultados de las pruebas. Parte del tratamiento inicial puede incluir reposo en cama y compresas frías en el área afectada. Luego de dos o tres días de producida la dolencia pueden aplicarse compresas calientes. Aunque no hay prueba científica de que estas medidas solucionan el problema, hay personas que hablan de alivio, probablemente producido por la desinflamación de los músculos.

En algunos casos la terapia por ultrasonido puede ayudar a relajar los músculos, mientras que en otros casos se requerirá el masaje del terapeuta. Para controlar el dolor, algunos profesionales también prescriben fármacos antiinflamatorios durante el período inicial. A menudo se utiliza la acupuntura y los medicamentos inyectables para adormecer la zona nerviosa, así como también la estimulación eléctrica para bloquear las señales del dolor hacia la médula y el cerebro.

Las medidas preventivas para evitar el dolor de espalda son las siguientes:

  • un período de ejercicio suave de estiramiento antes de cualquier actividad física ardua,

  • ejercicios de bajo impacto,

  • una buena postura y asientos que respeten la curvatura normal de la columna vertebral,

  • dormir en una cama firme, usar zapatos apropiados para caminar,

  • una buena postura corporal cuando se levantan o se empujan objetos pesados,

  • una dieta balanceada para mantener el peso normal del cuerpo de acuerdo a la estatura y la edad de la persona, con suficiente cantidad de fósforo, calcio y vitamina D para conservar la salud de los huesos.

Más allá del tratamiento escogido, uno debe siempre tener en mente que hay casos que requieren una intervención quirúrgica, y que no buscar ayuda profesional puede traducirse en daño irreparable de los nervios que no pueda revertirse ni siquiera con cirugía.

Por lo tanto, la mejor recomendación para tener un diagnóstico correcto es la consulta inmediata con un médico o un especialista tal como un neurólogo, un ortopedista o un neurocirujano.

Lloyd Dayes es doctor (MD, PhD) en Medicina y trabaja en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda y en la Escuela de medicina de dicha universidad. Nalini Gardiner es doctora en medicina y trabaja en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda. Sofía Puerto (PhD, RN) es doctora en enfermería y trabaja en el Hospital de Veteranos de Loma Linda y en la Escuela de Enfermería de la Universidad del mismo nombre.


El dolor de espalda

por Lloyd Dayes, SofĂ­a Puerto y Nalini Gardiner
  
Tomado de El Centinela®
de Julio 2007