Se realizó un estudio titulado “La oración, el apego a Dios y trastornos relacionados con la ansiedad entre los adultos estadounidenses”* con la participación de 1,511 creyentes que oraban a menudo. Los resultados indicaron que la idea de un Dios de amor que consuela y protege en los momentos de necesidad, podría tener un efecto directo sobre la salud mental del creyente. El estudio comparó la conducta de personas con trastornos de ansiedad que no eran creyentes con personas que oraban y esperaban que sus oraciones fueran escuchadas por un Dios protector y providente.
Para quien el Señor es la principal fuente de fuerza y consuelo, el mundo no resulta muy amenazante. La oración es vital en el proceso de ver el mundo con una mirada serena y optimista.
La convicción de que Dios nos guía genera una mayor capacidad de sublimación. ¿Qué significa esta palabra? El Diccionario de la lengua española la define como “la capacidad de elevarse a un grado superior”. En otros términos, puede que las circunstancias sean adversas, pero la mente las ve como un contratiempo en el camino, y no como el final. Todo contratiempo implica la posibilidad de aprender, para superar el sufrimiento que pueda generarnos una determinada prueba. Por esta razón, el apóstol Pablo dice que nada nos puede separar del amor de Cristo, ni aun la muerte (ver Romanos 8:38, 39). Esto es sublimar. Es lo que produce la oración cuando se torna un hábito mental por el que se desarrolla una relación íntima con Dios.
Por otra parte, la investigación señala que la creencia que tenemos acerca del carácter de Dios determina el efecto de la oración sobre nuestra salud mental. Aquí debemos decir dos cosas: la Palabra sin una relación genuina es letra muerta, y la oración sin la Palabra es ciega. El conocimiento de la Palabra es la medida de nuestro conocimiento del carácter de Dios, y nadie lo revela más perfectamente que la Palabra encarnada, Cristo Jesús.
Ya hemos llegado a otra Navidad, cuando se despierta en nuestro corazón una llama de esperanza que se va apagando con el paso de los días y los meses. Decide buscar a Dios en oración cada día y a toda hora. Tu esperanza no se apagará, y será la fuerza que te dará salud mental y espiritual.
* Christopher G. Ellison, et. al., “Prayer, Attachment to God, and Symptoms of Anxiety-Related Disorders Among U.S. Adults”, Sociology of Religion, tomo 75, número 2, 25 febrero 2014, pp. 208-233, en http://www.baylorisr.org/wp-content/uploads/Sociology-of-Religion-2014-Ellison-208-33.pdf.
El autor es director de El Centinela.