En estos tiempos del siglo XXI muchos padres reconocen que se están quedando atrás en el uso de los aparatos electrónicos de comunicación, pues, con la destreza en el manejo de esta tecnología y la obsesión que se va apoderando de sus hijos, ellos les llevan la delantera. Aunque hay múltiples ventajas en el uso de esta tecnología, también conviene dar un vistazo al otro lado de la moneda.
No pretendo condenar estos medios de comunicación, ya que son necesarios y muchas veces nos sacan de apuros; pero cuando no se ejerce disciplina en el manejo de estos artefactos, también nos meten en dificultades, sobre todo, si se hallan en manos de niños que no miden riesgos ni consecuencias al usarlos.
Es por el bien de los hijos, especialmente de quienes se hallan en la primera etapa de la niñez, que conviene poner este asunto en una correcta perspectiva. Es en los primeros años de la vida cuando se forman las bases del carácter, las que determinarán su futuro; y nuestros niños son invaluables, pues son “herencia de Jehová” (Salmo 127:3).
Lo que dicen los estudios
Según la Kaiser Family Foundation, “un niño promedio de entre ocho y diez años pasa cerca de ocho horas diarias frente a distintos elementos electrónicos, y esta cantidad asciende a más de once horas diarias en niños mayores y adolescentes”. La televisión, que desde hace mucho tiempo ha sido la popular “niñera sustituta”, sigue dominando, pero las computadoras, tabletas y celulares la van desplazando gradualmente.1
La tecnología y su influencia en los niños
La mente de los niños en sus primeros años es sensible, receptiva, vulnerable y moldeable a cualquier influencia. Existen cuatro cosas que captan la atención de ellos en forma inmediata: luz, sonido, color y movimiento. Si analizamos las pantallas, notamos que están llenas de luz, sonido, color y movimiento. Estos dispositivos de comunicación están hechos precisamente para atraer y cautivar la atención. Al mirarlos, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor que está íntimamente asociado con el placer, la recompensa y la motivación. “Los expertos en adicciones comparan los móviles y las tabletas con unas verdaderas ‘bombas de dopamina’, la que es conocida como la hormona de la felicidad”.2
Desde que un niño empieza a ver las pantallitas, inmediatamente es atraído y cautivado. Muchos padres no miden riesgos; si el niño llora, le dan el celular, y como por arte de magia deja de llorar. Si hace rabietas, la madre, con su poco nivel de tolerancia y falta de habilidad para manejar la situación, cae en el juego manipulador del hijo, poniendo a su disposición el teléfono celular; y el niño, como recompensa, le da un beso a la mamá y le dice: “Mami, te quiero mucho”. ¡Chantaje perfecto y arma poderosa para usarla cuando él quiera! Una vez conseguido su objetivo, manos a la obra: sus deditos se mueven por aquí y por allá, trayendo diversas imágenes y programas que van desde caricaturas “aparentemente inofensivas”, hasta juegos adaptados a su edad. Imperceptiblemente, está yendo de un mundo real a uno ficticio, de un mundo natural a un mundo virtual. Su cerebro está siendo sobreexcitado y emocionado con un bombardeo de imágenes atractivas y novedosas que le generan placer. En forma gradual se convertirá en cautivo de estas imágenes, y no podrá vivir sin ellas.
Las consecuencias
La publicación Medical News Today, en su artículo: “Efectos negativos de la tecnología digital”,3 describe diez razones por las que es recomendable ejercer cautela con nuestros hijos:
- Bajo rendimiento escolar
- Falta de concentración
- Falta de creatividad
- Lentitud en el desarrollo del lenguaje
- Poco interés en el desarrollo social y emocional
- Inactividad física y obesidad
- Pobre calidad de sueño
- Incompatibilidad social
- Conducta agresiva
- Adicción a la tecnología
“En definitiva, desde pequeños estamos consumiendo aplicaciones que se han diseñado para hacernos adictos a las pantallas”, nos dice Sant Joan de Deu.4 Es interesante notar que los niños se cansan de usar los juguetes y se aburren, pero pueden permanecer varias horas ante las pantallas. ¿Nos hemos preguntado por qué? Es precisamente por su irresistible poder seductor que brinda una sensación de placer. Si estos artefactos se le niegan, el niño hace su rabieta y muestra un comportamiento agresivo.
Por último, es necesario mencionar que los niños que invierten más tiempo con el teléfono celular desarrollan menos la corteza cerebral, lo que hace que razonen menos, reflexionen menos, sean menos creativos, piensen con menos lógica, sean más impulsivos y tengan tendencias a otras adicciones.
Conclusión
El tema del uso de la tecnología por los niños debe manejarse entre padres e hijos, en un ambiente de confianza, franqueza y firmeza, pidiendo a Dios sabiduría (ver Santiago 1:4). La disciplina y el control son fundamentales respecto al uso de estos artefactos. Fomentar más interés en la lectura de buenos libros para reemplazar las horas dedicadas a los celulares, con el tiempo les dará más satisfacción. Por último, los padres deben ser los primeros en poner el ejemplo, porque el ejemplo habla más que las palabras.
Cinco reglas para el uso del celular en la escuela y en la casa*
1. Respeta las reglas de la escuela. Algunas escuelas permiten a los estudiantes usar sus teléfonos a ciertas horas, por ejemplo, entre clases, durante el almuerzo, en el patio, y algunas veces en clase. Abusar de este privilegio puede poner en riesgo la libertad de tus compañeros.
2. Contesta cuando te hablen tus padres. Cuando papá, mamá o el adulto que te cuida te llama, es probable que sea muy importante, así que contesta, y no lo mandes al buzón de voz.
3. Pide permiso antes de descargar cualquier cosa. Pide permiso antes de descargar aplicaciones, juegos, música o cualquier otra cosa.
4. Valora tu privilegio. Tener un teléfono celular es un privilegio que no tienen todos los jóvenes, así que es importante que tengas cuidado cuando lo uses. Una mala caída puede dañarlo, y si no lo mantienes en un lugar seguro te lo podrían robar.
5. Utiliza tu teléfono para hacer cosas buenas, no malas. Hay todo tipo de travesuras y malos comportamientos con los teléfonos en las escuelas. Sé un ejemplo para otros y actúa respetuosa y responsablemente con tu teléfono.
* https://www.commonsensemedia.org/espanol/blog/5-reglas-para-el-uso-del-celular-en-la-escuela-y-en-casa.
1. Jane E. Brody, “Los efectos de las pantallas en niños y adolescentes”, The New York Times, 10 julio 2015, en https://www.nytimes.com/2015/07/10/universal/es/adiccion-a-las-pantallas-comienza-a-afectar-a-ninos-y-adolescentes.html.
2. Sant Joan De Deu, “Niños sobreexpuestos a las pantallas: un riesgo que les puede generar adicción”, FAROS, 17 julio 2018, en https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/ninos-sobreexpuestos-pantallas-riesgo-puede-generar-adiccion.
3. Jon Johnson, “Negative Effects of Technology: What to know”, Medical News Today, 25 febrero 2020, en https://www.medicalnewstoday.com/articles/negative-effects-of-technology.
4. Sant Joan De Deu.
El autor es doctor en Educación y pastor jubilado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Escribe desde Sunnyside, Washington.