Como nutricionista y entrenador físico, he ayudado a muchas personas que padecen hipertensión arterial, y he descubierto que Dios ha puesto en los alimentos naturales herramientas poderosas para nuestra sanidad. Una de esas frutas es la sandía: refrescante, deliciosa y sorprendentemente eficaz. Hoy compartiré contigo tres razones por las cuales consumir sandía; puede ser la respuesta que has estado buscando para mejorar tu presión arterial.
1. Hidratación que bendice tu corazón
Una buena hidratación ayuda a reducir la viscosidad de la sangre y facilita el trabajo del corazón. Muchas personas se quejan: “No me gusta tomar agua”. En respuesta digo que el agua de sandía es una excelente alternativa para hidratarte. Tómate un vaso de 8 a 10 oz en la mañana o al mediodía, y comenzarás a experimentar una mejor salud cardiovascular. Además de refrescarte, estarás ayudando a tu cuerpo a funcionar con más eficiencia.
2. Rica en citrulina: relaja tus vasos sanguíneos
La sandía contiene citrulina, un aminoácido que el cuerpo convierte en óxido nítrico, el cual relaja y ensancha los vasos sanguíneos. Esto mejora la circulación y contribuye a bajar la presión arterial. La mayor concentración de citrulina se encuentra en la parte blanca de la sandía, esa que muchas personas desechan sin saber lo nutritiva que es. ¡No la desperdicies! Puedes preparar un jugo matutino con trozos de sandía, incluyendo la parte blanca, cerca de la cáscara. Prepáralo en la licuadora con un poco de menta o limón. También puedes agregar cubitos de sandía a tu desayuno o agregarla a un batido natural antes de tus actividades del día.
3. Baja en sodio y rica en potasio
La sandía es naturalmente baja en sodio, el enemigo número uno de la presión alta. A la vez contiene potasio, un mineral que ayuda a eliminar el exceso de sodio del cuerpo. Además, este equilibrio de minerales también contribuye a la prevención de calambres, ya que ambos son esenciales para una buena contracción muscular. Una excelente forma de consumirla es comiéndola fresca a media mañana o como refrigerio a media tarde. También puedes congelarla en trozos y hacer paletas naturales para los días calurosos. De esta manera, mantienes el cuerpo nutrido e hidratado mientras combates naturalmente la hipertensión.
Conclusión
Si estás luchando con presión arterial alta, si no te gusta beber agua, si buscas una manera natural de abrir tus vasos sanguíneos o quieres reducir tu consumo de sodio, come o bebe más sandía. Es un regalo de Dios para tu salud. Y recuerda: cuando te sientas sediento, toma un vaso de agua de sandía, pero más importante aun, busca a Jesús, quien es el Agua viva que quita la sed para siempre: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (S. Juan 4:14). Él calma tu vida y sacia tu alma. No camines deshidratado espiritualmente. Hoy, bebe de su agua y serás saciado. El momento es hoy, porque el mañana no nos pertenece. ¡El día de victoria en Jesús es hoy!
El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.