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La Navidad es uno de los días festivos más celebrados en el mundo; es una fiesta en la que la felicidad debería inundar nuestros corazones. Pero para muchos no es así. Los conflictos con sus familiares, las enfermedades y el exceso de estrés ensombrecen estos días luminosos. Quizá te estás preguntando: ¿Qué hago para llevarme bien con mi familia, lidiar con mi salud y sacudirme el estrés durante la Navidad? Estas sugerencias te pueden ser útiles.

Perdona más

La Navidad debería ser un momento de felicidad para toda la familia, pero a veces los rencores crónicos amargan las fiestas. Según la doctora Karen Swartz, directora de Mood Disorders Adult Consultation Clinic [Clínica de consulta del trastorno del estado de ánimo entre adultos], del Hospital Johns Hopkins, el enojo crónico puede afectar el ritmo cardíaco, la presión arterial y e sistema inmunitario. Estos cambios incrementarán los riesgos de depresión, diabetes y enfermedades del corazón. En cambio, el perdón reduce el estrés y mejora la salud. Si no puedes perdonar, ve a Jesús y pídele su gracia, que también la da abundantemente en Navidad. Perdona hoy y celebra feliz con tu familia.

Abraza más

Uno de mis momentos más placenteros consiste en abrazar a alguien. Ya sea que abraces a un ser querido o a un amigo, los abrazos nos hacen sentir bien. Cuando abrazamos a quienes amamos, se activa una hormona llamada oxitocina (“la hormona de la unión”), que nos hace sentirnos cómodos. En 2005, la Universidad de Carolina del Norte realizó un estudio sobre la importancia del abrazo. Descubrieron que las mujeres que estaban en la etapa de la premenopausia y que fueron abrazadas más frecuentemente por sus parejas tuvieron un nivel mayor de oxitocina y una presión arterial más baja en relación con las que no habían sido tocadas con frecuencia. Abraza más y mejora tu salud.

Camina más

Una caminata familiar después de hartarte con tanta comida, y con los antojitos navideños tradicionales, te hará muy bien. No solo podrás salir al aire libre y conversar con los que amas, también quemarás más calorías que las que consumiste por impulso, consciente de que esa no fue la mejor decisión. La caminata mejorará tu digestión y tu actitud. Caminar entre quince minutos a media hora, a un paso que te permita mantener una conversación, te hará muy bien.

Perdonar, abrazar y caminar más durante la Navidad mejorará tu salud y la de quienes te rodean. Pero no olvides lo más importante, el segundo gran mandamiento de la ley “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (S. Mateo 22:39). Recuerda: una Navidad sin amor no es Navidad. El Hijo de Dios vino al mundo a amar, servir y abrazar a sus hijos. ¿Y tú, qué harás?

El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.

Muévete

por Columna regular
  
Tomado de El Centinela®
de Diciembre 2017