El 18 de julio de 2013 la familia Beach estaba de vacaciones en un hotel de Florida, Estados Unidos. Austin no podía esperar para ir a la piscina. Cuando entró en el agua y nadó hacia el fondo, vio una sombra oscura y se dio cuenta que se trataba de una niña pequeña. Sin pensarlo dos veces, Austin tomó a la niña en sus brazos y la levantó por encima de su cabeza hasta alcanzar la superficie. “Tenía que salvarla”, dijo el niño cuando lo entrevistaron, sorprendido de que lo consideraran un héroe, porque él “solo había hecho lo que tenía que hacer”. Gracias a la reacción inmediata de Austin, la niña se salvó. “Ayudar a los demás es parte de su naturaleza, porque él tiene un gran corazón”, dijo su mamá.1
Historias como la de Austin nos llenan de alegría y esperanza, porque reconocemos el altruismo y la valentía manifestados aun en niños de corta edad. Desafortunadamente, y por contrapartida, es trágico que otros niños actúen, sin respeto hacia los demás y cometan horrendos actos de violencia sin explicación lógica.
En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que todos los países instituyeran El día universal del niño, con el propósito de enfatizar la fraternidad y la comprensión entre los niños del mundo, y más aun, para promover el bienestar de los infantes.2
¿Cómo podemos ayudar a promover el bienestar de nuestros niños? ¿Cómo podemos afirmar las palabras del poeta cubano José Martí, quien dijo: “Los niños son la esperanza del mundo”, o decir con regocijo, como el salmista: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmo 127:3)?
Stephanie Pappas, en la página web LiveScience, indica que las investigaciones científicas relacionadas con la paternidad señalan diez aspectos sugerentes para educar niños felices y bien equilibrados.3
- ¡No ande siempre con cara larga! Los padres que bromean y ríen con sus hijos les están dando las herramientas para pensar creativamente, establecer amistades y controlar el estrés.
- Sea consciente de las consecuencias de su carácter. Los padres que expresan emociones negativas y enojo hacia sus niños pequeños, o los tratan con agresividad, van a sufrir la misma agresión por parte de sus hijos.
- Sea compasivo. Cuando los padres son compasivos y capaces de manejar sus propios pensamientos y emociones sin reprimirlos, están dándoles un ejemplo positivo a sus hijos.
- Limite las interferencias innecesarias en la vida de sus hijos mayores de 18 años. Usted les ha dado las herramientas para confrontar y resolver problemas sin ansiedad excesiva, y éste es el tiempo para dejarlos practicar lo que han aprendido.
- Conserve la estabilidad matrimonial para disminuir el estrés. Lo contrario puede causar que sus hijos desarrollen problemas y no puedan dormir bien.
- Si se deprime con frecuencia, consulte a un médico. Se ha comprobado que los padres que sufren depresión responden menos a las necesidades de sus hijos y les causan estrés.
- Madres, desarrollen una buena relación con sus hijos varones. Esto los ayudará a saber cómo actuar en forma positiva con otros y a desarrollar mejores relaciones amorosas cuando sean adultos.
- No se preocupe mucho si sus hijos discuten con usted. Eso los ayudará a enfrentar la presión de sus compañeros y a saber cómo defenderse.
- ¡Recuerde que nadie es perfecto!
- Por último, conozca a sus hijos y adapte su enseñanza al carácter y la necesidad de cada uno.
La doctora Kay Kuzma, especialista en desarrollo del niño y la familia, enfatiza cuatro lecciones que ella aprendió de los niños:4
- El respeto mutuo es la base de la obediencia.
- El ejemplo es un maestro poderoso. Nunca demuestre un comportamiento que no quiere ver repetido en sus hijos.
- Apoye, aliente y estimule a sus hijos. Esto fomenta un espíritu positivo que hace más fácil la obediencia.
- Sea creativo y use el sentido del buen humor para enseñar a sus hijos a obedecer.
Algo sumamente importante es enseñar a nuestros hijos a diferenciar entre los que quieren ayudarlos y los que tratan de engañarlos para abusar de ellos. Practiquemos con los niños cómo responder a la intimidación, el acoso (bullying) o al abuso de cualquier tipo. Dígales a sus hijos enfáticamente que siempre pueden contarle todas sus preocupaciones sin temor a ser ridiculizados o castigados. Enséñeles a identificar lugares donde pueden encontrar protección. Manténgase en comunicación con el personal escolar. Observe los cambios en el comportamiento de sus hijos. Aunque se sienta decepcionado por su conducta, hágales saber que su amor por ellos es incondicional.
Lo más importante es que, desde que nacen, usted les enseñe por precepto y por ejemplo a conocer y amar a Jesús. Ellos deben conocerlo como su Salvador, su mejor Amigo, su Redentor y su Protector. Ore continuamente por sus hijos y recuerde que las lágrimas que vertimos han sido recogidas por nuestro Dios y, junto a nuestras oraciones, han sido guardadas hasta el día cuando él cumplirá la promesa escrita por el profeta Isaías: “Tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos” (49:25).
¡Por supuesto que lo hará! ¿Acaso no fue Jesús el que dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de los cielos es de los que son como ellos” (Lucas 18:16; Reina-Valera Contemporánea).
La autora tiene un doctorado en Educación y es pastora de la iglesia All Nations de Monrovia, California.
