En la página 26 de este número hemos publicado un artículo donde el autor se pregunta si hoy Jesús invertiría tiempo para mirar Sábado gigante o Nuestra belleza latina. O si el Maestro sería seguidor de algún gran equipo de fútbol o de baloncesto. O si pediría donaciones millonarias para sostener su programa como evangelista de televisión. ¿Cómo usaría Jesús su fama?
La cuestión que se plantea el autor en su artículo es cómo debería ser hoy la conducta de los que siguen a Jesús. Y en su intento de encontrar una respuesta, infiere que la cultura en la que vivimos produce en nosotros “ciertos intereses que no se parecen a los que guiaban a Jesús”. Es difícil ser creyente hoy en día.
Es verdad. La cultura, y más precisamente esta cultura del entretenimiento, crea gustos, tendencias, inclinaciones, que están muy alejados de los valores cristianos. Esta cultura propende a la disolución de la familia. Por eso, la cuestión más acuciante hoy para el fortalecimiento de nuestra familia es cómo vivir los valores de Jesús, imitar su ejemplo, en una cultura que nos bombardea con todo tipo de munición pesada: sexo, propuestas de fama a cualquier precio, dinero y placer fáciles, etc.
En este contexto, creo que la familia tiene una “ciudad de refugio” en el sábado del cuarto mandamiento de la ley divina. ¿Cuál es el valor de su vigencia en estos días posmodernos? ¿Por qué Dios nos dio un día de descanso y adoración? ¿Qué significado puede tener este día para nuestras vidas aquí y ahora? El sábado tiene un sentido amplio y está lleno de profunda y rica espiritualidad. Además, este mandamiento tiene un tremendo poder social y transformador. Es una protección ante la cultura pagana de nuestros días.
¿Cómo puede el sábado ser esa ciudad de refugio espiritual en medio del trajín mundano?
* Si lo consideramos un monumento perpetuo de la creación. Dentro de los Diez Mandamientos, el sábado es el único cuyo significado conmemora la creación del mundo (Éxodo 20:11, 12). El consejo de guardar el día de reposo se halla “inseparablemente vinculado con el acto de la creación, ya que la institución del sábado y el mandato de observarlo son una consecuencia directa del acto creador. Además, toda la familia humana debe su existencia al divino acto de la creación que aquí se recuerda”.1
Cada sábado recordamos nuestra condición de criaturas y como tal satisfacemos nuestra necesidad de adoración. La adoración a Dios reconstituye nuestra dignidad humana, nos enriquece espiritualmente y le asigna un sentido propio a nuestras vidas. Él sábado nos dice de dónde venimos, qué hacemos en este mundo y adónde vamos.
* Si lo consideramos un símbolo de la redención. Después de la liberación de Israel de su esclavitud en Egipto, el sábado, que ya era el monumento de la creación, se convirtió además en un monumento de su liberación (Deuteronomio 5:15). “El Señor se proponía que el descanso sabático semanal, si se lo observaba como era debido, mantuviera constantemente la facultad de liberar a los seres humanos de la esclavitud de un Egipto que no se limita a ningún país ni siglo, sino que incluye todas las tierras y las eras de la historia. En nuestros días, el hombre también necesita escapar de la esclavitud que proviene de la codicia, de las ganancias y del poder, de la desigualdad social, del pecado y del egoísmo”.2 En el sábado, el ser humano se encuentra en un plano de igualdad ante todos los hombres y a la espera de recibir aquel poder que solo proviene del Cielo.
Descansar en Cristo en sábado revela la gratitud suprema que sentimos por él como Creador y Salvador. El descanso es paz. Entrega completa. Adoración.
Descansar en Cristo en sábado nos conecta con el amor supremo que el Salvador siente por nosotros.
Descansar en Cristo en sábado nos permite recargar las baterías espirituales no solo para enfrentar las exigencias físicas de las labores cotidianas, sino también para enfrentar la hostil y tentadora cultura cuyos valores se alejan cada día más de los principios divinos.
Si usted desea adorar a Dios en día sábado, comuníquese a los teléfonos que aparecen en el recuadro para encontrar la Iglesia Adventista Hispana más cercana a su domicilio.