Muchos todavía se preguntan cuál fue la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Los interesados en el tema deben reconocer en primer lugar que los evangelios no tenían el propósito de armar un calendario de exactitud estricta. Por lo tanto, no se detienen demasiado en las fechas. Sin embargo, se dan algunas pistas que permiten especular sobre la fecha del acontecimiento.
San Lucas menciona que Jesús nació durante un censo promulgado por Augusto, y añade que este censo “se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria” (S. Lucas 2:1, 2). Los registros romanos indican que Augusto ordenó tres censos en los siguientes años: 28 a. C., 8 a.C. y 14 d.C. Se cree que el censo en cuestión fue el ordenado en el año 8 a. C., pero por causa de la resistencia judía y la situación política en Palestina, se retrasó hasta el 5 o 4 a. C. Algunos eruditos se conforman con decir que Jesús pudo haber nacido entre el 8 a.C. y el 4 d. C.
Otra frase importante ocurre en Lucas 3:1, 2, donde se dice que Jesucristo comenzó su ministerio en “el año decimoquinto del imperio de Tiberio”, y el versículo 23 indica que Jesús era “como de treinta años”. Si el año 15 de Tiberio fue el 27 d. C. (como algunos creen), y Jesús tenía “unos treinta años”, entonces nació a más tardar en el 4 a. C. El caso es que no es fácil determinar exactamente cuál fue el año 15 de Tiberio. Aunque hay bastante evidencia para apoyar el 4 o el 5 a. C., ha sido imposible fijar una fecha con exactitud.
Otro problema surge cuando se trata de determinar el día o incluso el mes. No se puede asignar una fecha en base al movimiento de una estrella. Ningún astro podría haber guiado a los viajeros desde el Oriente, haber cambiado de dirección desde Jerusalén hasta Belén, para luego detenerse sobre una casa. Es obvio que no se trataba de una estrella natural.
Si se considera el papel de Herodes en el relato, se podría deducir que el nacimiento de Cristo ocurrió en la última parte del año 5 a. C. o en la primera parte del 4 a. C. La historia indica que las celebraciones del nacimiento de Jesús comenzaron a fines del primer siglo y oscilaban entre septiembre y enero. Otro hecho histórico probado es que la fecha del 25 de diciembre tuvo su origen en la fiesta pagana en honor del Sol Invictus. Se celebraba ese día, porque era el más corto del año, y a partir de ese día las horas de luz comenzaban a aumentar. Los teólogos católicos han explicado que puesto que Jesús es el “sol de justicia”, está bien asociar su nacimiento con el del astro rey.
Lucas 2:8 brinda otro detalle: el hecho de que los pastores hubiesen estado en el campo con sus rebaños, indica que el nacimiento ocurrió entre abril y noviembre, puesto que en el frío y húmedo invierno de Judea, los pastores hubiesen buscado protección para ellos y sus ovejas.
Se podrían considerar muchos otros elementos, pero lo único que se desprende a ciencia cierta de estos estudios es que Jesús probablemente nació varios años antes de lo que el calendario sugiere, y que no nació el 25 de diciembre.
En última instancia, mucho más importante que la fecha exacta de su nacimiento, es la misión que vino a cumplir: salvarnos de nuestros pecados (S. Mateo 1:23). Aunque no sepamos a ciencia cierta ni el mes ni el día del nacimiento de Jesús, es innegable que su entrada en nuestra historia transformó para siempre nuestro destino.
Miguel Valdivia es el director de El Centinela.