“Doctor, me encuentro estresado, nervioso, y me resfrío frecuentemente”, dijo Juan a su médico de familia cuando hubo entrado apresuradamente en el consultorio.
Después de realizar varias preguntas y de practicar algunos exámenes médicos, el doctor finalmente se dispuso a extender la receta. Juan esperaba ansiosamente ese momento. Guardó la receta en su bolsillo, y se dirigió rápidamente a la farmacia, pensando que el médico le había prescrito un tonificante nervioso o un nuevo estimulante inmunitario.
—Lo siento, este remedio que le han prescrito no se encuentra a la venta –dijo el farmacéutico a Juan—. Debe conseguirlo usted mismo. Mire lo que dice su receta:
Vitamina R: Un día de reposo por semana.
Juan se tomó en serio la prescripción de su médico. Hizo reajustes en su programa de trabajo, se informó acerca de la posología, es decir, de la forma de “tomar” tan original vitamina, y empezó el tratamiento. Después de haber ingerido varias “dosis”, es decir, después de haber tomado varias veces ese día de descanso semanal prescrito por el médico, notó los primeros efectos beneficiosos. La salud de Juan empezó a mejorar, al igual que su actitud mental y su vida espiritual. Curiosamente, aunque trabajaba un día menos por semana, rendía más y prosperaba económicamente. La receta de su médico funcionaba.
La importancia de los biorritmos
La experiencia de Juan es la de muchos que han descubierto las ventajas de respetar el día de descanso semanal. Al igual que descansar adecuadamente cada día durante ocho horas, un día de reposo semanal resulta beneficioso para la salud.
¿Existe una razón fisiológica por la que necesitamos reposar un día de cada siete? ¿Tenía algún fundamento científico el médico de Juan para recetarle un día de reposo por semana? ¿O se trata simplemente de una costumbre cultural sin relación con las necesidades biológicas, psicológicas y espirituales del ser humano?
Una de las características más notables de los seres vivos es que están sujetos a ritmos, es decir, a oscilaciones periódicas de sus funciones vitales. La vida es ritmo. Los ritmos biológicos que dependen del movimiento de la tierra alrededor del sol resultan más evidentes. Cada día se producen oscilaciones rítmicas, por ejemplo:
En la temperatura corporal, que alcanza su máximo a la tarde; en la frecuencia cardiaca, que aumenta durante el día y llega al mínimo a partir de la cuarta hora de sueño nocturno; en el funcionamiento de diversos órganos como los riñones o el hígado, que reducen su actividad por la noche, o en la secreción de hormonas como los corticoides, que alcanzan su máximo a las diez de la mañana.
Sin embargo, existen otros ritmos que no dependen de ningún fenómeno astronómico. Son ritmos llamados endógenos, porque parecen depender de un reloj interno inherente al propio organismo, que funciona independiente de la intensidad de la radiación solar exterior. El más notable de esos ritmos endógenos es el llamado ritmo circaseptano, porque se repite cada siete días. ¿Por qué cada siete días? No existe una respuesta científica satisfactoria, debido a que no se conoce ningún fenómeno físico en la naturaleza ni en el cosmos que se repita cada siete días.
Se ha comprobado que la frecuencia de los accidentes cerebrovasculares,1 de las hemorragias cerebrales subaracnoideas,2 y de las crisis coronarias,3 sigue ciclos de siete días, debido posiblemente a que también la presión arterial oscila con un ritmo semanal. El ritmo de mitosis (divisiones celulares) en nuestro organismo, también sigue un ciclo semanal, lo que resulta importante para optimizar la administración de medicamentos contra el cáncer, como la quimioterapia.4
Curiosamente, también se han observado estos ritmos endógenos de siete días, independientes de los factores ambientales, en otros seres vivos como los ratones, en algunos insectos, e incluso en algas verdes marinas del género Acetabularia.5 Hay investigadores que se preguntan por qué las algas microscópicas que forman parte del fitoplancton saben medir las semanas.6 Los ritmos biológicos, y en particular los de ciclo semanal (circaseptanos) no relacionados con fenómenos astronómicos, suscitan un interés creciente entre los científicos.7
Ritmos de actividad y reposo
Al igual que existen ritmos diarios (circadianos) y semanales (circaseptanos) para determinadas funciones biológicas de los seres vivos, también existen ritmos similares para los períodos de actividad y descanso. Llevamos incorporados relojes biológicos que determinan cuando necesitamos reposar.
El reposo a intervalos repetidos de forma regular, es decir, rítmico, resulta imprescindible para la salud, entendida ésta como el completo bienestar físico, mental, social y espiritual. El reposo regular resulta necesario:
1. Para la vida física: Durante las horas de reposo, las células de nuestros órganos eliminan las sustancias de desecho acumuladas en las horas de actividad, aumentan las defensas, se reparan las heridas y otros daños producidos en el organismo y se acumula energía química para el siguiente período de trabajo.
2. Para la actividad mental: El pensamiento, la memoria, el juicio y otras funciones de la mente mejoran después del reposo regular.
3. Para la vida espiritual: Los ciclos de reposo, ya sean diarios o semanales, favorecen el desarrollo de las funciones superiores del ser humano, como la sensibilidad espiritual y la creatividad.
“Acuérdate...”
El hecho físico de la llegada de la noche nos recuerda a todos que se acerca el tiempo del descanso diario. Pero no existe ningún fenómeno natural que nos ponga de manifiesto que ha llegado el día de descanso semanal. Las muchas ocupaciones pueden silenciar fácilmente el delicado reloj interno que todos los seres vivos llevamos dentro, y hacernos ignorar así la necesidad de descansar un día de cada siete.
Por eso, nuestro Creador nos insta a que recordemos la necesidad del descanso semanal. “Acuérdate del sábado para santificarlo...” (ver Éxodo 20:8-11). El Todopoderoso nos está diciendo a cada uno de los creyentes: “Ya sé que no hay ninguna señal en la naturaleza que te muestre que ha llegado el tiempo del descanso semanal; pero recuérdalo, no te olvides, descansa el séptimo día de cada semana. Tienes un reloj interno como parte de tu organismo que marca el ritmo semanal. Tu cuerpo, tu mente y tu espíritu necesitan reposar un día de cada siete. Yo te diseñé así. Acuérdate...”
¿Cualquier día es igual para reposar?
De igual modo que no es lo mismo descansar durante cualesquiera ocho horas del día, sino que son precisamente las horas de la noche las que proporcionan el mejor reposo, no es lo mismo descansar cualquier día de la semana. Hay un día idóneo para descansar, un día bendecido y apartado especialmente para satisfacer nuestra necesidad de reposo semanal. Ese día es sin duda, el séptimo de cada semana, el sábado. Sí que importa el día de la semana, igual que importan cuáles horas de cada día dedicamos al reposo.
El Señor le dice a cada creyente, “Acuérdate de descansar el séptimo día de cada semana”. Es posible que con el ajetreo de la vida, usted se olvide de ese principio divino de salud natural, y rompa el ritmo fisiológico de reposo semanal. Ojalá que su médico le recuerde la necesidad del descanso semanal para su salud, y le prescriba, como a Juan, la vitamina R: Un día de reposo por semana. Pero si no, la Palabra de Dios ya le ha extendido la receta: una medicina que le traerá innumerables beneficios físicos y espirituales.
Vitamina R
(de Reposo semanal)
Composición: Las 24 horas de tiempo del séptimo día sábado, apartadas cada semana.
Síntomas de la carencia: Estrés, ansiedad, bajo rendimiento laboral o intelectual, desinterés por lo espiritual. En casos graves se pueden presentar la ambición y el egoísmo.
Indicaciones: Seres humanos que aspiren a la salud completa y a la felicidad. También resulta beneficiosa para los animales domésticos. Paradójicamente, da buenos resultados en caso de falta de tiempo.
Efectos beneficiosos: Gozo, paz, crecimiento espiritual. En algunos casos se ha observado también prosperidad económica.
Posología (forma de administración): Apartar 24 horas de tiempo cada semana, descansar del trabajo, y dedicarlas a la adoración a Dios por medio del estudio de su Palabra, del servicio al prójimo, de la vida en familia y de la contemplación de la naturaleza.
Contraindicaciones: Ninguna. La pueden tomar niños, adultos y ancianos de cualquier edad o condición.
Efectos secundarios: Ninguno.
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El Dr. Jorge D. Pamplona-Roger es médico y autor de la Enciclopedia de las plantas medicinales y de la Enciclopedia de los alimentos y su poder curativo, publicadas por Editorial Safeliz.