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El 25 de mayo de 2020, cuatro policías de Minneapolis, Minnesota, detuvieron a George Floyd en el barrio de Powderhorn debido a que, supuestamente, el hombre había intentado pagar con un billete falso de veinte dólares en una tienda de comestibles. Los oficiales lo sometieron, lo esposaron, y uno de ellos lo tumbó al suelo y le colocó la rodilla sobre el cuello durante casi nueve minutos, ante la mirada indiferente de los otros tres agentes, a pesar de que el detenido protestaba: “¡No puedo respirar!”. En cuestión de minutos, Floyd murió.

El suceso fue grabado por los dispositivos móviles de varios transeúntes y difundido en los medios de comunicación. La noticia despertó la indignación de diversos sectores de la sociedad estadounidense, la que salió a las calles a protestar enérgicamente, impulsados por la expresión Black Lives Matter (la vida de los negros es importante). Las protestas se extendieron a varios países, con el fin de luchar en contra de las actitudes racistas y los abusos de algunas autoridades. El 20 de abril de 2021, el oficial de policía Derek Chauvin fue declarado culpable de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio involuntario.

¿Por qué ese trato hacia un afroamericano? ¿Habrían los policías actuado con una rudeza similar si se hubiera tratado de un hombre blanco? De inmediato, muchas personas acusaron que se trataba de racismo, lo que el Diccionario de la lengua española define como una “exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive”. De ahí que, cuando se habla de racismo, es muy importante clarificar varias palabras que tienen que ver en este fenómeno social. Tal es el caso de términos como prejuicio, discriminación, estereotipos y raza.

Comenzamos diciendo que un prejuicio se compone de “actitudes y sentimientos (por lo general negativos) hacia los miembros de algún grupo que se basan únicamente en la pertenencia a ese grupo”.1 El prejuicio tiene un componente cognitivo (una actitud o creencia), y uno emocional (temor o enojo).2 En otras palabras, el prejuicio tiene más que ver con aquello que “la gente dice que va a hacer que con lo que realmente hace”.3

Cuando las reacciones emocionales se intensifican contra un grupo, engendran el impulso motivacional para transformar el prejuicio en acción. Entonces ya hablamos de discriminación, lo cual se refiere a las “acciones negativas en contra de miembros de algún otro grupo”.4

Hay muchas formas de discriminación. Uno de los casos más conocidos ha sido el de la Alemania nazi y el holocausto judío. Utilizando ese ejemplo, Gordon Allport identificó cómo la discriminación se va incrementando:5

  1. Locuciones en contra: se realizan ataques verbales contra un grupo.
  2. Evitación: el grupo es evitado de manera constante, lo cual facilita su identificación y presentación ante los demás con elementos negativos.
  3. Discriminación: el grupo es tratado peor que otros en cuestiones de derechos civiles, oportunidades de trabajo, libertades, entre otros.
  4. Ataque físico: los miembros del grupo y sus propiedades sufren ataques directos.
  5. Exterminación: se intenta matar a los miembros del grupo.

¿Pueden las diferencias étnicas despertar tanto odio? ¿Qué es la raza? Se trata de “una categoría de identidad construida culturalmente que divide a la humanidad en grupos basándose en una serie de rasgos físicos superficiales atribuidos a unas hipotéticas características biológicas intrínsecas’.6 El punto es que dichas características han variado mucho a lo largo de la historia. Por lo que la cuestión de la raza “no tiene una definición biológica consistente, pero es importante socialmente porque sustenta las ideologías racistas, el racismo, la discriminación y la exclusión social, que pueden tener efectos muy negativos en la salud mental”.7 Por ejemplo, hay quienes creen que los “blancos” son mejores que los “negros”, los asiáticos o los hispanoamericanos. La pregunta sería: ¿Qué tonalidades de la piel constituyen “blanco”?

Lo cierto es que la gente muy prejuiciada tiende a creer que todos (o la mayoría) de los miembros de un grupo que le desagrada son iguales. Eso se llama estereotipo. La pregunta de Natanael a Felipe es un ejemplo de un estereotipo:

—¿De Nazaret puede salir algo de bueno?

Es decir, para Natanael todos los nazarenos eran malos y no merecían la pena. La respuesta de Felipe resulta muy aleccionadora:

—Ven y ve (S. Juan 1:46).

Un estereotipo es “una representación sobresimplificada (y por lo regular negativa) de un grupo. . . que ignora las diferencias individuales dentro del mismo”.8 ¿Por qué tenemos estereotipos? Porque reducen el esfuerzo de pensar con mayor seriedad al ofrecer respuestas simples ante las realidades que enfrentamos. Es más fácil pensar que todos los afroamericanos son malos y perezosos, y que todos los británicos blancos son buenos y trabajadores.

No alimentar el racismo

Las diversas expresiones del racismo son una de las consecuencias del pecado. En el corazón de cada ser humano se aloja la semilla del racismo y la intolerancia, cuyas consecuencias incluyen las “enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios” (Gálatas 5:20, 21). Por eso es muy importante no alimentar tales expresiones, ya que, como decía Gordon Allport, van escalando de manera destructiva en una sociedad. Al contrario, cuanto más aceptación y tolerancia mostremos hacia quienes son diferentes, construiremos una sociedad más justa y respetuosa.

De acuerdo con la Biblia, ningún ser humano está por encima de otro: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).

8 tipos de racismo*

1. Racismo institucional. Se utiliza el adjetivo “racista” para referirse a leyes o instituciones que discriminan a las personas por sus raíces.

2. Racismo cultural. El racismo cultural enfatiza una supuesta superioridad cultural de una etnia sobre otra.

3. Racismo biológico. Se cree que la herencia pasada a través de los genes determina buena parte de lo que somos, y que esto supone la irremediable superioridad de ciertas razas sobre otras.

4. Racismo inverso. Concepto que se utiliza para referirse a actitudes racistas dirigidas contra partes de la población que no suelen ser blanco de ataques racistas, normalmente personas percibidas como de raza blanca.

5. Racismo basado en el color de la piel. Menosprecio o un odio irracional a las personas a causa, simplemente, del aspecto que les da su color de piel distinto al que uno mismo considera que es “normal”.

6. Colorismo. Menosprecio o exclusión de ciertas personas que poseen rasgos muy marcados atribuidos a su raza, es decir, que se acercan menos a la apariencia de los blancos.

7. Xenofobia. Mezcla de racismo y nacionalismo, por lo que se da una discriminación por motivos culturales.

8. Racismo estereotipador. Poner mucho énfasis en las características biológicas que suelen ser atribuidas a ciertas etnias, creando muchos momentos en los que se llama la atención sobre ellos.

* https://psicologiaymente.com/social/tipos-racismo.

1. Michel W. Eysenck, Psicología básica (México: Editorial El Manual Moderno, 2019), p. 179.

2. Ibíd.

3. Ibíd.

4. Ibíd.

5. Ibíd., pp. 179, 180.

6. American Psychiatric Association, Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2014), p. 749.

7. Ibíd.

8. Eysenck, p. 180.

El autor es vicepresidente editorial de GEMA Editores. Escribe desde la Ciudad de México.

Todas las vidas cuentan

por Alejandro Medina Villarreal
  
Tomado de El Centinela®
de Agosto 2021