Uno de los eventos que pueden traer incertidumbre a nuestra vida es la rehabilitación después de una cirugía. En general, existen tres fases en el proceso de rehabilitación: la fase de recuperación temprana; la fase de recuperación de la fuerza y rango de movimiento; y la fase de la restauración funcional. En la primera fase, los movimientos serán mínimas y muy suaves. En la segunda fase, que suele durar más tiempo, se recupera la fuerza muscular y el rango de movimiento de las articulaciones o la zona operada. La tercera fase abarca toda la rehabilitación hasta recuperar e incluso mejorar la funcionalidad de la zona afectada. Durante este proceso de recuperación y rehabilitación, ¿cómo debe incorporarse a la rutina acostumbrada de ejercicios? Considera los siguientes pasos.
Evita la incomodidad
El Dr. Adil Ahmed, profesor asistente en el Departamento de Cirugía Ortopédica Joseph Barnhart de Baylor, asegura que es importante comunicar a los pacientes que la actividad física debe ser parte de la rehabilitación antes y después de una cirugía. Realiza los ejercicios que te indique y, si sientes incomodidad de algún tipo, comunícaselo al médico.
Comienza con pequeños movimientos
Supongamos que tuviste un reemplazo de hombro y tienes movilidad limitada durante las primeras semanas. Empieza suavemente. Puedes mover los dedos, abrir y cerrar las manos o tal vez apretar una pelota. Estos movimientos ayudarán a tener una mejor circulación y a evitar que las articulaciones se pongan rígidas. Normalmente, durante las primeras semanas se hacen movimientos leves porque el cuerpo todavía está en proceso de sanación. Lo importante es reconocer que los pequeños movimientos son parte de tu recuperación y no tener temor a dañarte. Simplemente presta atención a tu cuerpo y haz los movimientos que te indiquen los especialistas.
Pregunta a tu médico
Luego de que el cirujano te dé las instrucciones para tu recuperación y la actividad que tienes que hacer, asegúrate de no tener dudas. Algunas preguntas típicas que puedes hacerle son: ¿Qué tanto puedo moverme? ¿Existen algunas restricciones de movimiento? ¿Cuánto peso puedo cargar? ¿Puedo empujar o levantar objetos? ¿Cuándo empiezo mi terapia? No te quedes con las dudas. Entre más paz tengas, mejor será tu recuperación.
No importa la cirugía que tengas, si sigues estas sugerencias, estarás yendo por un buen camino hacia tu recuperación. La rehabilitación es un proceso. También, recuerda que quien sana tus heridas y dolencias se llama Jesús. “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6). Sigue adelante sin desmayar, que en Jesús tienes la sanidad y la salvación. Amén.
El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.