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La idea de que el Mesías moriría y resucitaría de entre los muertos no formaba parte de la tradición y las creencias judías. El Mesías que los judíos esperaban sería un héroe político y militar que los liberaría de la ocupación extranjera. Veamos algunos hechos que apoyan la veracidad del relato de la resurrección.

Los discípulos no creían en la resurrección del Mesías

Aunque Jesús había predicho su muerte y su resurrección, los preconceptos de los discípulos les impidieron entender lo que les decía. En consecuencia, quedaron asombrados y desconcertados ante el relato de las mujeres que encontraron vacía la tumba de Jesús. Por lo tanto, es poco probable que los discípulos utilizaran la tumba vacía para crear una historia sobre un Mesías resucitado, que ni ellos habrían creído.

El testimonio de las mujeres

El segundo hecho que apoya la verdad de la resurrección es que las mujeres fueron utilizadas como testigos para confirmar el prodigio. En la antigua sociedad judía, los gentiles, los pastores y las mujeres eran descalificados como testigos en asuntos legales. Su testimonio no se consideraba confiable. Si los discípulos pretendían vender una conspiración, habría sido más razonable emplear testigos considerados más confiables que las mujeres, a menos que, en verdad, la historia fuera cierta.

La actitud de los gobernantes

Un tercer hecho que apoya la historia de la resurrección es la respuesta de los funcionarios romanos y judíos. Si la tumba estaba vacía porque el cuerpo había sido robado, las autoridades habrían procurado descubrir rápidamente la “conspiración”, ubicar el cuerpo de Jesús y mostrarlo al público. Ellos tenían la motivación y los medios para extraer confesiones de cualquier sospechoso o perpetrador. Sin embargo, tampoco tenemos registro alguno, romano o judío, de una búsqueda del cuerpo de Jesús o del enjuiciamiento de los discípulos como ladrones. Incluso si el cuerpo de Jesús hubiera sido robado y luego recuperado, tendríamos que preguntar por qué nadie parecía saber la ubicación del sitio del descanso final de Jesús.

El cambio de actitud de los discípulos

También tendríamos que explicar la transformación de los discípulos: tímidos, escondidos en una habitación de la parte superior de una casa por miedo a los acusadores y a los sayones de Jesús, en valientes testigos para proclamar a cualquier costo a un Salvador resucitado. Si hubieran sabido que era un mito que ellos mismos habían creado, sería inconcebible para discípulos como Pedro, quien negó ser seguidor de Jesús cuando fue confrontado, haber estado dispuestos a morir proclamando la verdad de la resurrección, sin temor alguno, declarando incluso: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:19, 20; ver el relato en Hechos 4:1-22 y Hechos 5:17-42).

La historia revela que todos los discípulos, excepto Juan, murieron por negarse a renunciar a sus convicciones. Es inexplicable que el cristianismo floreciera si su fundador fue asesinado y la historia de su resurrección fue falsa. Historiadores recientes señalan que los romanos crucificaron al menos media docena de líderes judíos que pretendían ser el Mesías. ¿Qué resultó de esas ejecuciones? Sus movimientos y sus seguidores rápidamente se desintegraron y desaparecieron.

Con el cristianismo la historia es diferente: el mismo Imperio Romano que condenó a Jesús fue finalmente convertido. Hoy un tercio de los habitantes del mundo son cristianos.

La explicación razonable para el crecimiento de la cristiandad es que los discípulos de Jesús fueron testigos de Jesucristo resucitado. La autenticidad de la resurrección les cambió la vida, y no solo la suya, sino también la de las generaciones siguientes.

Cristianismo floreciente

Durante esta semana de Pascua, muchos se congregarán para celebrar la resurrección. De acuerdo a algunas estadísticas, el 78 por ciento de los estadounidenses cree que Jesús resucitó de entre los muertos, y el 80 por ciento de la población general profesa ser cristiana. Para quienes celebran la Pascua en esta semana, la resurrección ofrece la promesa de la vida eterna, ofrece la certeza de que la muerte no tiene la última palabra, sino que al creyente le espera la vida eterna en el cielo.

El autor es catedrático de Religión en Pacific Union College. Escribe desde Angwin, California.

Cuán real es la resurrección

por Ángel Hernández
  
Tomado de El Centinela®
de Abril 2020