Desde que tuvo uso de la razón, Camila recuerda que su padre, antes de volver a casa cada día, pasaba por la cantina con algunos compañeros de trabajo para “relajarse”. Después de unas horas y demasiadas copas, llegaba a casa embriagado y con muy mala disposición. Como hermana mayor, Camila estaba atenta al sonido de la camioneta del compañero de trabajo de su padre; al oírlo, ella rápidamente dirigía a sus hermanos menores a la recámara y todos se metían en la cama para aparentar que estaban dormidos. Mientras que esta estrategia evitaba que los niños recibieran regaños y palizas explosivas, ella no podía evitar el cruel abuso verbal, emocional y físico hacia su madre, que aguantaba sin resistencia.

Cuando creció, Camila supo que su madre también había crecido con un padre alcohólico que había abusado verbal y físicamente de ella y sus hermanos. Su mamá le confesó que los abusos que recibía de niña eran “mucho más severos” que los de su esposo.

La joven sobrevivió esos años difíciles, y se propuso la firme convicción de que jamás aceptaría a un esposo alcohólico, pues no permitiría que sus hijos sufrieran el temor y la ansiedad crónica que ella y sus hermanos habían experimentado.

Atentados contra la mujer

El abuso y la degradación de la mujer ha sido uno de los muchos patrones tóxicos que el pecado introdujo en las relaciones humanas. En muchas culturas latinas, el maltrato hacia la mujer por parte de su cónyuge es común y aceptado. El machismo y el marianismo1 han fomentado la normalización de actitudes y comportamientos agresivos y abusivos, y la devaluación de la mujer durante muchas generaciones.2

Cuando los niños crecen en un hogar donde el maltrato y el abuso son constantes, su desarrollo neurológico, emocional y relacional sufre secuelas graves. El cerebro, el sistema nervioso y la capacidad de manejar el estrés y controlar los impulsos se ven afectados. Los altos niveles de cortisol en los niños pueden resultar en trastornos como el déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que afecta su capacidad de concentración y auto control, especialmente en la escuela.

Una niña que crece en un ambiente tóxico puede quedar psicológicamente condicionada para repetir esos patrones en su matrimonio. El abuso doméstico suele transmitirse de generación en generación hasta que alguien decide buscar ayuda y decir: “¡Basta!”.

El amor restaurador de Dios

Dios sabía que la maldición del pecado distorsionaría nuestra visión de él, haciéndonos dudar de su amor y socavando nuestra confianza. Al perder la perspectiva correcta de Dios, distorsionamos también nuestras demás relaciones. Así, la violencia doméstica lleva a sus víctimas a perder la capacidad de confiar en Dios, en los demás y en sí mismas, perpetuando el abuso intergeneracional.

Cuando Jesús dejó el cielo y tomó forma humana, vino a mostrar el amor y el compromiso del Padre hacia las víctimas del pecado generacional. Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (S. Juan 14:9). Todo lo que hizo fue en colaboración con el Padre. Este punto es vital, pues muchas mujeres desconocen la inmensidad del amor paternal de Dios.

La encarnación de Jesús tenía como misión revertir la maldición del pecado: “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8). En su primer sermón, afirmó su propósito: “El Espíritu del Señor está sobre mí. . . me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos. . . a poner en libertad a los oprimidos” (S. Lucas 4:18).

Jesús comprendía los devastadores efectos del pecado sobre la mente, las emociones y las relaciones humanas. En lugar de sentir rechazo, la Biblia dice: “Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros” (Isaías 30:18). Dios se conmueve profundamente al ver cómo el pecado daña las vidas y corazones quebrantados.

Restaurada

El enfoque de Jesús fue transformador. Él afirmó el valor de las mujeres y desafió las estructuras que buscaban disminuirlas. Mediante parábolas y enseñanzas, elevó su estatus y se opuso a las normas de exclusión. Jesús mostró compasión hacia las mujeres marginadas y les ofreció perdón y sanidad (ver S. Juan 8:1-11 y S. Marcos 5:24-34), resaltando su dignidad por encima de la vergüenza. También subrayó que el valor espiritual no depende del género. En la historia de María y Marta (S. Lucas 10:38-42), Jesús exaltó la decisión de María de aprender a sus pies, rompiendo con las normas culturales.

Maravillosa mujer, Jesús vino “para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8). Hoy es un buen día para aceptar e internalizar el valor intrínseco que él te ofrece, no por tus capacidades o la falta de ellas, sino simplemente porque él te formó y te ama entrañablemente.

Hoy puedes decidir establecer límites saludables con cualquier persona en tu vida que te subestime, maltrate o abuse de ti. Cuando desconocemos el valor que Dios nos otorga, tendemos a tolerar actitudes y comportamientos tóxicos que nos destruyen a nosotras y a nuestros hijos. Atrévete, en el nombre de Jesús, a internalizar lo que Dios dice que eres: una hija adoptada, redimida, restaurada y empoderada por el Padre, quien promete cumplir sus promesas en tu vida. ¡Maravillosa mujer, tú eres capaz de cumplir cualquier misión y propósito que Dios ponga en tu corazón!

Prevalencia de la violencia doméstica*

Las estadísticas sobre la violencia doméstica en los Estados Unidos representan estimados que varían según los métodos de recolección de datos. La información más reciente sobre las poblaciones latinas indica:

  • Cerca de 1 de cada 3 latinas experimentará violencia causada por la pareja íntima durante su vida; y 1 de cada 12 la ha experimentado en los últimos doce meses.
  • Las tasas de violencia doméstica reportadas fueron más bajas para los inmigrantes mexicanos (13.4%) que para las personas de ascendencia mexicana nacidas en los Estados Unidos (16.7%).
  • Un estudio que incluyó a 2,000 latinas encontró que 63% de las mujeres que se identificaron como víctimas en algún momento de su vida reportaron haber experimentado más de un tipo de abuso.
  • En una muestra de más de 300 mujeres latinas embarazadas, la violencia doméstica se reportó como un 10 % abuso físico y 19 % abuso emocional.
  • En cuanto a la violencia doméstica de latinas relacionada con el trabajo, un estudio reportó estrategias abusivas tales como vigilancia en el trabajo, acoso, y tácticas de interrupción del trabajo.
  • El número de mujeres fallecidas, víctimas de violencia de género aumentó un 12% en 2023, hasta 36,582.
  • La tasa de mujeres víctimas de violencia de género fue de 1.7 por cada 1,000 mujeres de 14 años o más.

* Datos extraídos y adaptados de “Prevalencia de la violencia doméstica”. Disponible en https://esperanzaunited.org/es/knowledge-base/te-invito-es/prevalencia-de-la-violencia-domestica/. Y en “Estadística de violencia doméstica y violencia de género (EVDVG). Año 2023”. Disponible en https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176866&menu=ultiDatos&idp=1254735573206.

1. El marianismo es una creencia de la cultura hispanoamericana acerca del papel del género femenino, que está asociada al machismo y a un supuesto ideal tradicional de la Virgen María.

2. Adaptado de “Machismo, Marianismo, and Negative Cognitive-Emotional Factors: Findings From the Hispanic Community Health Study/Study of Latinos Sociocultural Ancillary Study”. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5102330/.

La autora es enfermera licenciada, con maestrías en Terapia Matrimonial y Familiar y en Ministerio Pastoral. Escribe desde Silver Spring, Maryland.

Una hija redimida y restaurada

por Carolann De León
  
Tomado de El Centinela®
de Marzo 2025