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Es muy probable que estés de acuerdo conmigo en que el ejercicio es una parte fundamental de un estilo de vida que promueve la buena salud. También es necesario para los atletas si desean tener un rendimiento físico óptimo. Pero el hacer ejercicio puede ser contraproducente si no hay periodos adecuados de descanso y de recuperación.

La recuperación activa o a corto plazo

Este tipo de recuperación se aplica en el mismo día, horas después de haber realizado un ejercicio moderado o intenso. La recuperación activa aumenta la circulación sanguínea y contribuye a la eliminación de los desechos de los tejidos blandos que se produjeron a causa del ejercicio intenso. Los atletas deben realizar una actividad ligera que eleve la frecuencia cardíaca por sobre la frecuencia en reposo. Esto puede lograrse trotando a un paso suave o jugando un deporte algo diferente a lo acostumbrado, pero a un ritmo moderado.

La recuperación a largo plazo

Los periodos de recuperación a largo plazo pueden incorporarse a las rutinas de entrenamiento de los atletas u otras personas que hacen mucho ejercicio sin periodos de descanso. Es importante que tengas una total recuperación y permitas que los tejidos dañados se sanen antes de retomar los ejercicios. De lo contrario, tu rendimiento puede verse afectado y resultar en la presentación de dolores musculares crónicos. No hay un tiempo determinado para la recuperación, ya que esto dependerá de varios factores: la edad, la cantidad y la calidad del descanso, el tipo de deporte realizado, el régimen alimenticio practicado y otros más. Lo importante es ser paciente y dejar que el cuerpo decida cuál es la extensión necesaria de su periodo de descanso.

Recuerda que Dios nos creó para el movimiento: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15). Y también nos dio un periodo de reposo: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo” (Génesis 2:2). Permite que Dios te dé la sabiduría suficiente a fin de aplicar la moderación en tu actividad física. Así podrás disfrutar de una vida en abundancia. Sin duda, es lo que Dios desea para ti y para mí, pues Jesús mismo lo afirmó estando en la tierra: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (S. Juan 10:10).

El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.

El descanso y la recuperaciĆ³n

por Oscar Santana
  
Tomado de El Centinela®
de Marzo 2024