Vivimos en días peligrosos. Mira la foto del tiempo del fin que el apóstol Pablo le muestra a su discípulo amado: “Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos. . . No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5; NTV).1
El cuadro descrito por Pablo parece haber sido sacado de la historia clínica de un psicópata: narcicismo, insensibilidad, crueldad. Me pregunto si estos rasgos psicológicos no están presentes en la personalidad de algunos gobernantes de este mundo. Y también me pregunto si no son estos gobernantes que “solo tienen amor por sí mismos y por su dinero, que son fanfarrones y orgullosos, que no aman ni perdonan, que calumnian y no tienen control propio”, los que moldean el espíritu de la gente.
Una pulsión de muerte se ha instalado en nuestra civilización. Hoy, reina la maldad. La verdad y la confianza no tienen ningún valor. Las redes sociales han hecho desparecer la frontera entre la verdad y la mentira, entre la realidad y la ficción (ver p. 6). Y así se ha destruido el concepto de confianza, un valor supremo para la convivencia civilizada. Hoy, un tuit parece tener más poder que la ley, la justicia y la verdad. Son precisamente estas redes las que nos lavan el cerebro.
Jesús nos dice: “Cuando vean todo esto que les anuncio, sepan que el fin está cerca” (Mateo 24:33; BLPH).2 Pablo termina su exposición de las señales del tiempo del fin con estas palabras: “Por tu parte, permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste. . . Toda Escritura está inspirada por Dios y es provechosa para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la rectitud” (vers. 14, 16, BLPH).
La Palabra de Dios y la oración son el único refugio del creyente para esta hora.
1. La cita marcada con NTV fue tomada de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
2. Las citas marcadas con BLPH fueron tomadas de La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España.
El autor es editor de la revista El Centinela.