En el verano de 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, un documental de Netflix hizo referencia a otra “pandemia” cuyo costo social probablemente se aproxima a los efectos del virus. The Social Dilemma [El dilema social] revela el peligroso impacto de los medios sociales sobre la vida humana a partir del comienzo del siglo XXI. Dirigido por Jeff Orlowski, el documental recoge las opiniones de funcionarios e ingenieros de varias compañías prominentes como Google, Facebook y Twitter, y varios eruditos en las ciencias sociales.
En términos generales, el documental demuestra cómo estas compañías han ido buscando condicionar la conducta humana con el objetivo principal de obtener ganancias en base a la información que coleccionan sobre sus usuarios e influir en los hábitos de consumo de estos.
El desarrollo de la cultura de los medios sociales tiene varios elementos. Entre estos:
1. La experimentación. Las compañías detrás de los medios sociales han fundamentado sus programaciones en una observación cuidadosa de la psicología humana para determinar cada detalle de la experiencia cibernética, incluyendo los movimientos que controlan la pantalla, los colores y los sonidos. Continuamente introducen cambios minúsculos para estudiar su efecto en la reacción de los usuarios. Cada vez que una persona utiliza un medio electrónico (teléfono, tableta o computadora) para integrarse a un medio social o utilizar la internet, está aprovechando los esfuerzos de miles de ingenieros y expertos de compañías multimillonarias con la disposición de impactar su conducta.
2. La ausencia de responsabilidad. Aunque varias plataformas como Facebook y Twitter recientemente han decidido vetar contenido falso o de naturaleza peligrosa, el propósito de los medios sociales no contempla un fundamento moral o de beneficio para la sociedad. Es cierto que los medios sociales han permitido un aumento superlativo en la capacidad de comunicarnos con los demás, pero desde sus comienzos hasta el presente la motivación de toda esta funcionalidad siempre han sido las ganancias. Como ningún medio publicitario del pasado, la extraordinaria capacidad de los medios sociales para estudiar y definir a sus usuarios les permite a estos garantizar las ventas de sus clientes con extraordinaria eficiencia.
3. Peligros asociados con los medios sociales. El uso de los medios sociales está asociado con el aumento de la depresión, la ansiedad, la soledad, el agotamiento emocional, la baja estima propia y el insomnio.1 Entre los problemas conectados directamente con los medios sociales se encuentran la adicción, que puede ser específica a una plataforma, tal como la adicción a Facebook o a Instagram, el descuido de funciones importantes y el acoso cibernético (cyberbullying).
Otros efectos del uso de los medios sociales y la internet en general incluyen la exposición a la información falsa, la violación de nuestra privacidad y lo que es un tanto irónico: el empobrecimiento de nuestras relaciones sociales.
Los medios sociales llevan a una evaluación constante de nuestra identidad y a la idealización de personas que a menudo representan falsamente lo que son. Entre jóvenes, esto crea a menudo una intensa necesidad de validación y los lleva a compararse constantemente con los demás usuarios. Incluso, algunas personas intentan usar los medios sociales para reinventar su identidad y crear versiones falsas de sí mismas. Aunque es muy difícil demostrar la causa, el aumento en el uso de los medios sociales coincide con un marcado aumento (56 por ciento entre 2007 y 2017) en la cantidad de suicidios entre adolescentes y jóvenes.2
Mientras más tiempo pasamos en los medios sociales o conectados a internet, más información estamos brindando y más completo es el perfil que les permite a estas compañías personalizar nuestra experiencia ante la pantalla. En base a algoritmos que captan las asociaciones y respuestas de millones de usuarios, cada uno de nosotros recibe recomendaciones y anuncios específicamente diseñados para nosotros. Igualmente impactante es la manera en que nuestra selección de contenido nos va encapsulando en un universo que únicamente alimenta nuestras preferencias. Un resultado de este consumo selectivo es la profunda polarización política de sociedades como la estadounidense.
Como una manera de reconocer si los medios sociales están impactando negativamente su calidad de vida, responda las siguientes preguntas:
- Cuando no tiene acceso a los medios sociales, ¿piensa usted obsesivamente en el momento cuando pueda conectarse nuevamente?
- ¿Está dedicando tiempo excesivo a los medios sociales? Es muy fácil obtener un informe en su celular o su tableta del tiempo que usted pasa en línea.
- ¿Se siente usted mal cuando no puede acceder a los medios sociales?
- ¿Descuida otras actividades tales como pasatiempos, deportes, tiempo con la familia o tiempo devocional por pasar tiempo conectado?
- ¿Emplea usted los medios sociales para escapar a las emociones negativas?
Si sus respuestas a estas preguntas sugieren que usted está sufriendo por causa de los medios sociales, considere reducir el tiempo que dedica a estas actividades, las plataformas que utiliza, y el tipo de información que comparte en estos medios.
El cuadro más peligroso
Los medios sociales tienen efectos globales más peligrosos aun que los asociados con su uso excesivo. Según nos enseña el documental citado al principio, las plataformas sociales están diseñadas para manipular e incluso moldear nuestros cerebros por medio de algoritmos que captan nuestra atención y nos impulsan a comprar cosas; y lo que es más insidioso aún, nos llevan a aceptar ideas distorsionadas sobre el mundo, otras personas y nosotros mismos.3 La confesión de personajes destacados detrás del éxito de Facebook, Twitter y otros revelan la manera cuidadosa y persistente en que sus plataformas emplean programación psicológica para obligarnos a pasar tiempo conectados y transmitiendo información personal que venden para obtener ganancias.
Estos programas cibernéticos habitan gigantescas redes de computadoras que emplean inteligencia artificial para seguir refinando y aumentando su influencia. Lo que debiera preocuparnos en un grado importante es nuestra vulnerabilidad a esta intromisión en nuestros pensamientos, y a esta extraordinaria habilidad para deformar nuestras creencias.
Cuando utilizamos los medios sociales, estamos corriendo el riesgo de caer presa de fuerzas cuyo efecto aún se desconoce. Aunque para muchos la experiencia de los medios sociales es mayormente positiva, es conveniente notar que estamos participando de un experimento social que está tomando ventaja de muchos para beneficiar a algunos.
Pero hay más. Nuestra mente y voluntad son dones recibidos de parte de Dios. Cualquier agencia que atenta contra estos representa una negación del plan divino para nuestra vida. La Biblia revela principios para preservar nuestra salud mental que aún hoy retienen una extraordinaria relevancia.
Por ejemplo, San Pablo escribió: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Esta es una invitación a consumir información elevadora, positiva, de contenido honorable y edificante.
Otro pasaje expresa la importancia de preservar la integridad de todas las dimensiones de nuestra vida: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).
Si usted nota que los medios sociales están afectando su salud en cualquiera de estas dimensiones (física, mental o espiritual), tome en cuenta estos consejos:
- Propóngase no pasar de cierta cantidad de minutos en los medios sociales.
- Utilice apps para bloquear su acceso a los medios sociales cuando debe hacer otras cosas.
- No utilice los medios sociales para planificar su tiempo.
- Practique otros pasatiempos.
- Si esto no funciona, elimine por completo su acceso a los medios sociales.
Su vida y su salud son demasiado importantes como para perderlas ante una pantalla.
1. “The Dangers of Social Media and How to Avoid Them”, Effectiviology, en https://effectiviology.com/dangers-of-social-media/, consultado en diciembre, 2020.
2. Markham Heid, “Depression and Suicide Rates are Rising Sharply in Young Americans, New Report Says. This May be One Reason Why”, Time Magazine, 14 marzo 2019, en https://time.com/5550803/depression-suicide-rates-youth/.
3. Nell Minow, “The Social Dilemma”, Roger Ebert, 08 septiembre 2020, en https://www.rogerebert.com/reviews/the-social-dilemma-movie-review-2020.
El autor es doctor en Educación y vicepresidente de Pacific Press, la casa editora de El Centinela. Escribe desde Boise, Idaho.