La decisión era difícil. Abram, tal vez el primero de los emigrantes con propósito de la historia bíblica, debía salir de Ur, y luego de Harán, en Oriente Medio, hacia una tierra que Dios le indicaría. Tendría que dejar su tierra, sus bienes inmuebles y sus vínculos familiares. Y Abram obedeció. La Biblia dice que “se fue Abram, como Jehová le dijo” (Génesis 12:4).
Si miras el mapa actual, puedes revisar su travesía contextualizada a las condiciones políticas actuales. Abram salió del sureste de Irak, pasó por Siria y llegó hasta el sur de Turquía. De allí cruzó el Líbano de norte a sur; bordeando Jordania, siguió hasta la actual Palestina y el norte de Egipto, de donde regresó y se estableció al sur de Israel. ¡Ocho países, ocho fronteras!
La inmigración en los Estados Unidos
La migración no es asunto nuevo. Desde la época colonial, en el siglo XVII, la historia de Estados Unidos registra olas de inmigración. Como consecuencia de las imposiciones religiosas, persecuciones políticas, pérdida de cosechas, escasez de trabajo y aumento de los impuestos en Europa, cientos de miles de personas llegaron a este país considerado tierra de libertad y de oportunidades económicas. Se estima que casi doce millones de inmigrantes llegaron a los Estados Unidos entre 1870 y 1900. La gran mayoría era de origen alemán, irlandés e inglés. En verdad, esta es una nación de inmigrantes. Es importante reconocer, sin embargo, que no todos vinieron por iniciativa propia, buscando lo que hoy se llama “el sueño americano”. La historia es también testigo de la triste y, en muchos casos, trágica suerte de cientos de miles de personas que fueron traídas en contra de su voluntad para servir como esclavos.
La inmigración también genera desafíos. La concentración de personas de diferentes orígenes, aunado al esfuerzo por preservar la cultura y a la competencia por ventajas económicas, tensan el tejido social que suele romperse por su lado más débil: las minorías. Tal vez fue este el motivo que llevó al Congreso de Estados Unidos a aprobar en 1882 la Ley de Exclusión China, derogada en 1943; y la Repatriación Mexicana entre 1929 y 1939 en la que ¡miles de ciudadanos estadounidenses de ascendencia mexicana fueron deportados!
En nuestros días, muchas otras personas siguen creyendo en la promesa de este país, incluyendo a la población que se dice de origen hispano, la que ha crecido de 9.6 millones en 1970 a unos 60 millones en nuestros días (con una proyección a 133 millones para 2050). Y aunque dos tercios de este grupo tienen la ventaja de haber nacido en Estados Unidos, alrededor de un 33 por ciento se enfrentó, en algún momento, a la difícil decisión de también dejar su tierra y sus vínculos familiares para aventurarse y buscar suerte en un país que promete mucho, pero que, por momentos, puede ser cruel.
Las historias que acompañan a cada inmigrante pueden variar, desde la simpleza de una oferta de trabajo bien remunerado, hasta las hazañas, con tintes de epopeya: entre pérdida y logro, nostalgia y dualidad, triunfo y contradicción. Mientras que algunos han podido regularizar su estancia, otros han tenido que abrirse camino a pesar de los obstáculos y miedos propios de su condición, con la crudeza del constante maltrato y peso psicológico de las muchas declaraciones inapropiadas que abundan en los medios de comunicación, y que algunos políticos, figuras públicas e influyentes expresan. De acuerdo con un estudio del Grupo Barna, la gran mayoría de los hispanos reconoce que deberá superar dificultades inmerecidas, solo por ser minoría.
Ayuda divina
Pero el inmigrante no está solo. Dios ha hecho provisión en su favor, pues en la Biblia se dice que él “guarda a los extranjeros”, y que “al huérfano y a la viuda sostiene” (Salmo 146:9). Jesús, quien fue también refugiado e inmigrante, cuyos padres tuvieron que huir hacia Egipto para protegerlo de un rey desequilibrado y cruel (S. Mateo 2:13, 14), nos promete: “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (S. Lucas 12:6, 7).
La bondad de Dios para con los menos afortunados, sin embargo, suele ser expresada en hechos por las manos de quienes aspiran a pertenecer a su reino. Porque suplieron la necesidad de los hambrientos, sedientos, forasteros, pobres, enfermos y privados de libertad, Jesús les dirá: “Venid, benditos de mi Padre. . . de cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (S. Mateo 25:34-40). Por eso, y por mandato divino, debemos amar al extranjero y tratarlo como uno de nosotros, pues Dios firma: “Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:33, 34).
Hispanos nacidos fuera de EEUU
Venezolanos |
74% |
Peruanos |
62% |
Hondureños |
62% |
Colombianos |
61% |
Guatemaltecos |
60% |
Argentinos |
59% |
Ecuatorianos |
58% |
Salvadoreños |
57% |
Cubanos |
56% |
Nicaragüenses |
55% |
Dominicanos |
54% |
Panameños |
41% |
Mexicanos |
31% |
Españoles |
16% |
Puertorriqueños |
2% |
1. Barna Group, “A Snapshot of the Values, Views & Faith of Hispanic Americans”, 2 octubre, 2019, en https://www.barna.com/research/snapshot-hispanic-americans/.
2. L. Donnella, “When These Latinos Tell Immigration Stories, They Push Beyond Fairy Tales”, NPR, 20 Octubre 2016, en https://www.npr.org/sections/codeswitch/2016/10/20/497931475/when-these-latinos-tell-immigration-stories-they-push-beyond-fairy-tales
3. “Immigration to the United States, 1851-1900”, Library of Congress, sin fecha, en https://www.loc.gov/classroom-materials/united-states-history-primary-source-timeline/rise-of-industrial-america-1876-1900/immigration-to-united-states-1851-1900/#.
4. L. Noe-Bustamante, “Key facts about U.S. Hispanics and their diverse heritage”, Pew Research Center, 16 de septiembre 2019, en https://www.pewresearch.org/fact-tank/2019/09/16/key-facts-about-u-s-hispanics/.
5. “U.S. Immigration Before 1965”, History, 10 septiembre 2021, en https://www.history.com/topics/immigration/u-s-immigration-before-1965.
El autor coordina las actividades de las iglesias adventistas de habla hispana en Texas.