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Un tema bíblico muy intrigante es el del “pariente redentor”. En Israel, cuando alguien no podía pagar sus deudas, debía entregar su propiedad o su herencia; si no era suficiente, debía venderse como esclavo. Pero, ¡había una salida! El pariente más cercano podía intervenir, comprar la propiedad y devolvérsela al dueóo original, o pagar el rescate y liberarlo.

La palabra hebrea para “pariente redentor” es go’el. Levítico 25 explica algunas de las leyes de redención. Comentaremos cuatro de las obligaciones del go’el, conénfasis especial en las primeras dos.

1Redimir la propiedad que un pariente pobre había entregado. “Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo [go’el] vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido” (Levítico 25:25).

2Redimir a un pariente que se había vendido como esclavo. “Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciera, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará” (Levítico 25:47-49).

3Vengar la sangre de un pariente. El go’el haddam era el “vengador de la sangre”. El homicida solo estaría seguro en alguna ciudad de refugio (ver Números 35:12, 19-27; Deuteronomio 19:6, 12; Josué 20:2).

4Aparecer en un juicio para ayudar a un pariente. El go’el se aseguraría de que se hiciera justicia (ver Proverbios 23:11; Jeremías 50:34; Salmo 119:154).

Si alguien no tenía un go’el y lo había perdido todo, aún quedaba una esperanza: en el aóo del jubileo Dios sería su Go’el. Cada siete ciclos de siete aóos, Dios intervendría en favor de todos (ver Levítico 25:8-10).

Nuestro Go’el

¡Ahora esto se pone bueno! Cuando Dios nos creó a su imagen, también se comprometió en un plan de rescate, porque es nuestro “Pariente más cercano”. Nuestro Go’el sería nuestro Redentor.

Cuando Dios nos creó a su imagen, también se comprometió en un plan de rescate, porque es nuestro “Pariente más cercano”.

Go’el es usado en la Biblia como un nombre para describir a Dios, generalmente traducido como Redentor. Destaca sus poderosos actos de redención en favor de su pueblo (éxodo 6:6; 15:13). Especialmente en el libro de Isaías, Dios nos recuerda que es nuestro Go’el: “Así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí” (go’el-í) (Isaías 43:1).

Desde el principio, Dios tenía un plan: Si caíamos en desgracia, Jesús se encarnaría para ser nuestro Hermano y redimirnos sin dinero (Isaías 52:3). Y así fue. Caímos, pero él vino para morir y así pagar nuestro rescate. Jesús declaró que ese era el propósito de su muerte; al explicarlo encontramos una palabra generalmente asociada con el go’el y con el pago ofrecido para liberar al pariente esclavizado: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (S. Marcos 10:45, énfasis agregado). Jesús nos redimió y también redimió nuestra tierra (lee Apocalipsis 21 y 22). Jesús cumple todos los compromisos del Go’el.

Aunque fuiste secuestrado por el enemigo, no fuiste desamparado. Tu Redentor ha pagado tu rescate. En el momento en que aceptas a tu Go’el y lo que él ha hecho por ti, ¡eres libre! “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (S. Juan 8:36).

¡Aleluya! Amen!

La autora es doctora en Investigaciones Bíblicas y directora del ministerio Jesús 101 (www.Jesus101.tv). Este artículo fue adaptado de su libro Sorprendidos por amor. Puede obtenerlo en www.LibreriaAdventista.com o llamando a 888-765-6955.

El Pariente Redentor

por Elizabeth Viera-Talbot
  
Tomado de El Centinela®
de Septiembre 2019