Lo que más preocupa no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos” —Martin Luther King.
Mucho se ha hablado acerca de la violencia intrafamiliar o violencia doméstica; sin embargo, parece no haber sido suficiente como para producir un cambio social positivo o significativo. Las estadísticas continúan en aumento y presentan un cuadro alarmante. Una de las áreas prácticamente olvidadas cuando se amontonan todas las cifras que describen el nivel de violencia en contra de la mujer en la sociedad actual, es el feminicidio. Por ejemplo, en los Estados Unidos las estadísticas de feminicidio no son presentadas de manera clara, ya que son incluidas junto con todas las demás áreas de violencia doméstica, limitando así la exposición y comprensión de una cruda realidad. Más aun, la misma palabra “feminicidio” es evitada en la mayoría de los círculos. Se generaliza, hablando de violencia, crimen u homicidio, y es así como, inevitablemente, se resta importancia a un problema que está corrompiendo el núcleo familiar y, por lo tanto, a la sociedad.
Según una comparación hecha por Huffington Post entre las muertes de militares de Estados Unidos en Afganistán e Irak desde el año 2001 hasta el 2012 y el número de feminicidios ocurridos en el mismo período, los resultados muestran una verdad escalofriante. Los muertos en el servicio militar fueron 6.488, mientras que hubo 11.766 feminicidios: casi el doble. Se ha calculado que durante 2014, en los Estados Unidos, tres mujeres eran asesinadas diariamente, ya sea por un ex-compañero o por su pareja actual.1
Según la Asociación Americana de Sicología, la violencia por parte de la parejaíntima es la mayor causa de feminicidio o muerte a consecuencia de traumatismos durante el embarazo. También ha sido demostrado que una mujer tiene una probabilidad 70 veces mayor de ser asesinada en las semanas subsiguientes luego de haber abandonado a su pareja abusiva. Las estadísticas son aún más alarmantes en Latinoamérica y el Caribe, donde solo en 2014 los registros muestran que 1.903 mujeres fueron asesinadas debido a su sexo.2 Sin embargo, la indignación social por estos actos parece inexistente. La mujer, en muchos aspectos, continúa siendo un ciudadano de segunda clase, especialmente cuando se refiere al feminicidio.
Es triste observar en lo que se han convertido las relaciones humanas en este mundo de pecado. En 2018, la mujer sigue siendo vista como un objeto sexual, de pertenencia, un ser inferior, o en el mejor de los casos, como un ser que sirve para el entretenimiento o para suplir las necesidades básicas del género masculino. ¡Observamos a nuestro alrededor y nos percatamos de cuánto nos hemos apartado de aquella hermosa creación que fue traída a la existencia para ser ayuda idónea del hombre!
Las noticias presentan a diario el burdo espectáculo de hombres famosos, de gran influencia y liderazgo en la empresa privada o el gobierno, que han abusado de innumerables mujeres que ellos creían que estaban ahí para satisfacer sus antojos. Lo peor de todo es que en la mayoría de los casos, por no decir todos, hubo muchos testigos que prefirieron permanecer callados, mirar hacia otro lado o ser indiferentes. Martin Luther King dijo: “Lo que más preocupa no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”.
La violencia, el crimen, el abuso, la discriminación y la humillación nunca han formado parte del plan de Dios para el ser humano. Es imperativo devolverle a la mujer su integridad como ser humano. Pero esto no podrá realizarse hasta que la propia mujer comprenda su verdadero valor y aporte ante la sociedad que le ha dado la espalda. El feminicidio y la amplia gama de actos violentos contra la mujer continuarán en aumento mientras las mujeres permanezcamos recibiendo las sobras y las migajas de una comunidad ajena a nuestro dolor y sufrimiento ¡Esto no es lo que Dios desea para ti!
Si tú o alguien que conoces está atravesando por alguna situación de violencia o abuso, si te encuentras en peligro, no vaciles en buscar ayuda. Acude a algún centro de apoyo, contacta alguna trabajadora social, acércate a tu pastor o comunícate con un profesional de la salud. Ellos podrán aconsejarte, indicarte los pasos a tomar, y en muchos casos proveer la asistencia adecuada. Además, maestros, pastores y profesionales del área de la salud han recibido entrenamiento para manejar situaciones de riesgo o de violencia, y están obligados a cumplir con las reglas de seguridad y privacidad establecidas por el Estado. Está asegurada tu protección, sin importar tu estatus migratorio o tus recursos financieros.
No te dejes atemorizar por quien desea convertirte en una víctima más. Las armas predilectas de los victimarios son la intimidación y el aislamiento de la víctima. Rompe ese círculo maligno y vicioso. Mantente informada, desarrolla un plan de escape para alguna situación de emergencia y crea una lista de contactos importantes. Sobre todo, cultiva una red social de familiares o amigos. A muchas les ha sido de gran utilidad tomar clases de defensa personal. Si vives en los Estados Unidos y necesitas auxilio por causa de la violencia doméstica, llama al 1-800-787-3224 (en español) o al 1-800-799-7233 (en inglés). Puedes encontrar mucha información, consejos y recursos en Internet en www.espanol.thehotline.org. Recuerda que otras personas pueden monitorear los sitios que visites en Internet, así que puede ser aconsejable utilizar la computadora de otra persona para realizar tu búsqueda.
¡Dios no desea el temor ni el dolor para ti! Hoy te dice “levántate, yo seré tu fuerza, yo seré tu escudo, yo seré aquel que limpiará y sanará tus heridas” ¡He aquí que Jesús pondrá una nueva canción en tu corazón y te colocará sobre nuevas alturas! ¡Recuerda que fuiste creada para la grandeza!
Si hasta ahora te has sentido atrapada, arrinconada, humillada o ignorada, ha llegado el momento de pedir ayuda. Solo Cristo puede darte la verdadera libertad que tanto anhelas. él está dispuesto a darte la fuerza y el valor necesarios para luchar y enfrentar cada desafío que la vida te plantea. Con persistencia y bondad, Dios te dice como antaño le dijo a su pueblo Israel: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemaras, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2). Te asegura que él vino para darte vida, y vida en abundancia (ver S. Juan 10:10). Puede que te encuentres atemorizada, pero Dios te promete su protección. Como el águila que cubre a sus polluelos entre sus plumas, así, él te cobijará, hasta que llegues a tu hogar celestial (ver Salmo 91:4).
Jesús es tu amigo fiel y verdadero. Invítalo a tu vida y deja que entre en tu corazón hoy. ¡Caminar diariamente junto a tu amante Salvador traerá la paz y alegría que tanto necesitas y anhelas!
1. “Women, 30 Shocking Domestic Violence Statistics That Remind Us It’s An Epidemic”, Huffpost, 23 octubre 2014, accesado el 12 de octubre, 2017 en: www.huffingtonpost.com/2014/10/23/domestic-violence-statistics_n_5959776.html.
2. “Femicide, Economic Commission for Latin America and the Caribbean”, Infographic, 16 noviembre 2015, accesado el 12 de octubre, 2017 en: www.cepal.org/en/infographics/femicide.
La autora es enfermera. Escribe desde Apopka, Florida.