En la mayoría de las tumbas se escriben las palabras: “En paz descanse”. Pareciera decir que ya que el muerto no pudo encontrar la paz mientras estaba vivo, ahora tal vez podrá tener paz en la muerte. Comentando acerca de la repentina muerte del famoso artista Michael Jackson, la actriz italiana Sofía Loren dijo: “El mundo de la música ha perdido un gran tesoro. Lo que Michael hizo es asombroso”. Luego agregó, “Mi esperanza es que Michael encuentre la paz que no tuvo cuando estaba vivo”.
¡Qué triste realidad! Que uno tenga que morir para encontrar paz en este mundo. Esa es tal vez una de las causas de los suicidios y la adicción a las drogas. La gente busca la paz mental y al no encontrarla se desespera.
Una de las preguntas que a menudo se hace el ser humano es: ¿Cómo se puede hallar la paz en un mundo tan violento e impredecible? Esas preguntas se las hacía mi amigo Fernando. Recuerdo que me decía: “Mi pasado me persigue, mi presente es una lucha y mi futuro es incierto. ¿Dónde puedo hallar paz? ¿Cuál es el secreto de la paz?”
Por muchos años Fernando había buscado en vano la paz, pero no la encontraba. Aparentemente lo tenía todo, pero le faltaba algo. Había un vacío en su corazón que él no sabía cómo llenar. Como mucha gente se preguntaba: “¿Cómo puedo acostarme a dormir en paz cuando hay tanto dolor en mi corazón?”
Tal vez tú te estás haciendo esas mismas preguntas en este momento. Los problemas te agobian, te confunden, quieres dormir pero no puedes. Estás pensando cómo resolver tus problemas que parecieran no tener solución. Y como Fernando, a veces te preguntas ¿dónde puedo encontrar la paz? ¿Cuál es el secreto de la paz interior? Por demás está decir que no importa cuanto el ser humano se afane por conseguir la paz, nunca la hallará fuera de Cristo Jesús. Él es el secreto de la paz (ver Isaías 26:3).
Fernando buscó la paz, y no la encontró. Pero un día conoció a Jesús. Entonces ocurrió el milagro. Desde ese día en adelante su vida cambió por completo. Jesús transformó su corazón atormentado y lo llenó de paz. Así como Fernando, hay muchos que andan por los senderos de este mundo buscando paz. Pero tristemente lo único que conocen es dolor y sufrimiento.
Hay un círculo invisible que podría llamarse el círculo de la paz. Siempre y cuando estés dentro de ese círculo, tendrás paz. Fuera de ese círculo solo hay temor, ansiedad y sufrimiento. El círculo de la paz es algo así como la persona que conduce su vehículo por una supercarretera cuyo límite de velocidad es de 60 millas por horas. Siempre que se mantenga dentro del límite de la velocidad, no tendrá ningún temor, ni ansiedad, ni preocupación. La policía no la podrá detener, estará conduciendo su vehículo en completa paz. Pero si se pasa del límite de velocidad, y en vez de conducir a sesenta millas por hora, conduce a cien millas por hora, tendrá todo tipo de problemas. Sentirá ansiedad, preocupación; temerá una multa, un accidente o incluso la muerte.
Cuando la persona vive dentro de los principios divinos expresados en la Santa Biblia, tendrá paz en su corazón y vivirá feliz. Estas son algunas de las promesas que forman el círculo de la paz:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (S. Juan 16:33).
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).
Y por último: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Salmo 119:165).
Todos aquellos que viven dentro del círculo de la paz, tendrán toda clase de bien y felicidad. Por el contrario, los que prefieren vivir fuera del círculo de la paz tendrán dolor, enfermedades y muerte. Nota lo que dice la Biblia: “No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:21). Isaías 48:22 también dice: “No hay paz para los malos”. Pero tal vez te dices a ti mismo: “Yo reconozco que he dejado a Dios; que me he salido del círculo de la paz, ¿cómo puedo volver a entrar a ese círculo?” La Biblia te responde: “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien” (Job 22:21).
Recuerda que aunque tú dejes a Dios y abandones sus caminos, él nunca te dejará. Nunca te abandonará. Tú eres la persona más importante en el mundo entero para Jesús. Invita a Jesús a entrar en tu corazón. Si lo invitas, él llenará de alegría tu vida y de paz tu alma. Así se cumplirá en ti la promesa: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). ¿Deseas tú también encontrar la paz? Entonces acércate a Jesús.
El autor es un dirigente cristiano en la zona noroeste de los Estados Unidos. Escribe desde Portland, Oregón.