En el otoño de 2015, mi esposa y yo nos mudamos al lado occidental del Estado de Washington, donde llueve mucho y la flora es exuberante. Pronto advertimos que íbamos a necesitar mucha leña para mantener encendido el hogar durante los meses de invierno. En el área rural donde vivimos no hay muchos lugares que puedan abastecernos de la cantidad y calidad de leña que necesitamos para mantener cálido nuestro ambiente familiar. Por eso tuvimos que aprender a seleccionar y a cortar la mejor leña en un bosque cercano a nuestra casa. La vida es un aprendizaje.
Así también, el matrimonio es semejante a la llama de un hogar que necesita mantenerse encendida. Si dejamos que se apague la llama del amor, el nuevo comienzo es mucho más difícil y a veces penoso. Estos son algunos consejos para mantener encendida la llama del amor.
Leña de calidad
Procura conseguir leña de buena calidad para tu matrimonio. La llama matrimonial es el sentimiento, el cariño, el afecto positivo necesario para establecer un vínculo emocional con tu pareja. No podrás dar lo que no tienes. Tu corazón necesita estar en óptimas condiciones para poder brindar amor, ternura, simpatía y cariño. Mucho de nosotros estamos bloqueados emocionalmente para expresar sentimientos positivos; estos traumas y heridas personales deben ser tratados y sanados. La Biblia dice que “de la abundancia del corazón habla la boca” (S. Mateo 12:34). Revisa tu leña, y si es necesario, cambia su “calidad”; es decir, trabaja en la condición de tu corazón, límpialo de toda clase de heridas, amarguras, resentimientos, odios, envidias y celos, pues ellos no dejarán que se encienda y resplandezca la llama de tu vida.
San Pablo aconseja: “Vestíos. . . de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. . . Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Colosenses 3:12-14).
Encendedores
En un negocio de venta de leña, un experto nos dijo que íbamos a necesitar “encendedores”, pequeñas astillas o palitos delgaditos, casi insignificantes, que una vez encendidos ayudarían a que los troncos más grandes se encendieran. Compramos varios paquetes de encendedores que han sido útiles cada vez que queremos comenzar un fuego. Tu matrimonio también necesita encendedores, acciones que parecerían insignificantes pero que logran encender el fuego del amor de tu pareja. Por ejemplo, ¿qué te parece si alguna vez te pones el delantal y le lavas la loza a tu esposa? ¿Se sorprenderá? Magnífico. Y tu esposa quizá te devuelva el gesto con una rica comida, o metiéndose contigo debajo del auto cuando lo estás arreglando. Sorpréndanse con pequeños gestos de amor.
El aire
El fuego del hogar necesita aire, porque se alimenta de oxígeno. El oxígeno de la llama matrimonial son los actos de amor hacia tu cónyuge. Los actos hablan más fuerte que las palabras. Puedes preparar una deliciosa cena, pero servirla con desdén y apatía. Puedes sacar a tu pareja a pasear, pero mostrar una actitud aburrida y desinteresada. Pero también puedes brindarle a tu relación el oxígeno óptimo haciendo sentir muy apreciada a tu pareja. Alguien dijo: “No conocerás el poder de una actitud positiva. . . hasta que la hayas visto cambiar una situación mala en buena mediante un acto simple de amabilidad o una sonrisa”. Puedes traer aire puro a tu relación y dejar que la llama del amor arda cuando motivas a tu cónyuge con una palabra positiva, cuando lo miras a los ojos y le sonríes, cuando decides ser fuente de energía en lugar de desgaste para tu pareja, cuando le concedes la prioridad a tu pareja antes que a las cosas. Puedes traer aire puro a la llama de su relación cuando decides ser feliz aunque tengas poco, cuando decides no quejarte aunque tengas el derecho y el deseo de hacerlo, cuando das más de lo que recibes.
Movimiento
Para que la llama de tu matrimonio arda bien, necesitas mover constantemente la leña. Observa lo que a tu cónyuge le trae más felicidad y satisfacción. Descubre qué es lo que más aprecia. Durante varios años yo le di regalitos a mi esposa, y mis hijos y yo invertíamos muchas horas buscando el regalo perfecto para el día de su cumpleaños, el Día de la Madre y la Navidad, pero ella nunca se vio sor prendida al grado que esperábamos. Un día decidimos que cada uno de nosotros compraría una tarjeta y le pondría dinero adentro. Cuando llegó el día especial, le dimos tres tarjetas. Ella comenzó abriendo mi tarjeta, y cuando la abrió el dinero cayó del sobre y ella exclamó: “¡Dinero!” Después abrió las tarjetas de los niños y la experiencia se repitió. Por fin nos sentimos satisfechos. ¿Por qué dinero?, te has de preguntar. Porque en lugar de regalitos mi esposa estaba más interesada en recibir su dinerito, y tener la libertad de ir a las tiendas y comprarse lo que deseara. Sorprende a tu cónyuge donándote en forma original.
Leña nueva
La llama requiere leña nueva; es decir, la relación conyugal requiere nuevos desafíos y oportunidades para crecer juntos. Estas oportunidades a veces se presentan como crisis que obligan a la pareja a pasar juntos más tiempo. Los desafíos y las demandas de la vida dan oportunidad a la pareja para trabajar unida, como socios y amigos. Las crisis, que plantean nuevos desafíos y proyectos, proveen oportunidades para comunicarse en un nivel superior, para pensar en soluciones en equipo, para tratar nuevos métodos y alcanzar un éxito que de otra manera no se hubiera obtenido.
Mudarnos de California a Washington después de vivir más de treinta años en el Estado dorado no fue fácil. Representó enormes ajustes y desajustes que nos estresaron. El hecho de vender nuestra casa y comprar otra en nuestra nueva comunidad nos obligó a considerar la vida de manera diferente. Fuimos forzados a tomar decisiones que pudieron haber traído fricciones, pero estábamos conscientes de que esas eran oportunidades de crecimiento y de iniciar un nuevo capítulo en nuestras vidas. Después de tres meses, las últimas cajas ya habían sido abiertas y nuestro nuevo hogar casi terminaba de ordenarse. Las nuevas experiencias y un contexto social diferente han enriquecido nuestra vida y alimentado la llama de nuestro amor.
Conclusión
El hogar se apaga únicamente cuando nosotros lo deseamos, y una vez consumida la leña, el fuego se extingue. Tu llama matrimonial depende de tus decisiones y acciones personales. Mi esposa y yo hemos decidido que la llama de nuestro amor arda siempre. Todo, en lo profundo, depende de una decisión. Si has decidido reencender la llama de tu vida junto a tu cónyuge, piensa que necesitarás tiempo, energía, propósito, estrategia, mucho corazón, oración y una conexión fresca con la fuente del amor.
Ya sea que necesites leña, encendedores, oxígeno, remover la leña o leña nueva, tu Padre celestial está listo para ayudarte y proveer estos elementos para que la llama de tu matrimonio arda con fuerza y brillo. La Biblia dice: “Todo lo puedo en Cristo que [nos] fortalece” (Filipenses 4:13).
Los autores son terapeutas matrimoniales y dirigentes de la Iglesia Adventista en la región del Norte del Pacífico en los Estados Unidos.