La Trinidad es uno de los temas más importantes para la iglesia cristiana, pues es mediante el Dios triuno, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que somos adoptados como miembros de la iglesia de Cristo (S. Mateo 28:19). A pesar de su importancia, la Trinidad ha sido una creencia muy debatida en la historia, debido a que el término no aparece en la Biblia y a las premisas que representan el concepto. ¿Pueden tres personas diferentes ser una? ¿Promueve la Trinidad el politeísmo al aceptar a tres dioses diferentes? Este artículo presenta fundamentos teológicos que apoyan el concepto de la Trinidad, y analiza su naturaleza, importancia y funciones.
Tres personas diferentes y eternas
Aunque la palabra Trinidad no está registrada en la Biblia, su existencia aparece claramente identificada como tres personas distintas, “infinitas y omnisapientes que reciben a los que entran verdaderamente en una relación de pacto con Dios”.1 La pluralidad de un Dios triuno se afirma desde el inicio de las Sagradas Escrituras con el nombre Elohim, el que es traducido en singular: “Dijo Dios” (Génesis 1:3; Sal. 102:25), y en plural: “hagamos”, “nosotros” “descendamos,” “confundamos” (Génesis 1:26; 3:22; 11:7).2 Aunque la pluralidad de Elohim no identifica un número específico de personas, la Biblia corrobora que son tres. La importancia de Elohim para los seres vivientes es significativa, pues este Dios plural es el responsable de la creación del universo, los seres humanos y todo lo que existe en nuestro planeta (Génesis 1:1-31).
Se cree que la primera persona en utilizar el término Trinidad fue Tertuliano (155-220 d.C). Este escritor, hijo de un oficial romano del norte de áfrica, se convirtió al cristianismo al leer acerca de la valentía y la fe de los primeros mártires.3 Después de un estudio cuidadoso de la Biblia, Tertuliano concluyó que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola sustancia (unum) (S. Juan 10:30), y que los tres son genuinamente divinos.4 Actualmente, la mayoría de
las denominaciones cristianas5 aceptan a un Dios trinitario que es “inmortal, todopoderoso, omnisapiente y omnipotente y eterno”.6
La Trinidad: El Dios verdadero
Entre los argumentos más comunes que se presentan para negar la realidad de un Dios trinitario se encuentra la crítica de que el Espíritu Santo no es un ser personal, sino “una fuerza”, y que Jesús con frecuencia aparece en la Biblia como Hijo, sujeto al Padre.7 Debe notarse que cuando Jesús aludió a Dios como Padre, lo hizo después de su encarnación, cuando tomó nuestra naturaleza para salvarnos. Pablo explica que con el fin de salvar a los pecadores Cristo, “siendo igual a Dios”, se despojó a sí mismo “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:5-8). Aunque la Palabra de Dios habla de la humanidad de Cristo cuando estuvo en la tierra, también habla definidamente acerca de su preexistencia (Miqueas 5:2; Apocalipsis 1:18; 10:6). Desde la eternidad, Cristo fue “el Mediador del pacto, aquel en quien serían bendecidas todas las naciones de la tierra”.8 Pablo aóade que en Jesús “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9) y verifica su divinidad, llamándolo “nuestro gran Dios y Salvador” (Tito 2:13). En relación al Espíritu Santo, la Biblia lo presenta como una persona que comunica mensajes (Hebreos 3:7, 8; Apocalipsis 2:7) y que existe desde la eternidad (Hebreos 9:14).
Cómo tres personas diferentes pueden ser una ha sido un tema discutido por más de 1.700 aóos. Agustín de Hipona comparó la unidad entre las tres personas de la Deidad con metáforas tales como el huevo, con sus tres componentes peculiares, la yema, la clara y la cáscara; con las tres partes del cuerpo humano: cabeza, tórax y abdomen, y con el agua, que siendo de un mismo componente se manifiesta en forma líquida, vapor y hielo.9 Otra metáfora de la Trinidad que
emana del agua es reiterada por Elena G. de White, quien presenta al “Padre como el vapor invisible; al Hijo como la nube plomiza; y al Espíritu como la lluvia que cae y obra con poder refrescante”.10 Sin embargo, la explicación más clara de la teofanía trinitaria es que los tres son uno “en naturaleza, en carácter y en propósito”.11
La Trinidad y la salvación
Al prever que sus criaturas iban a caer en pecado, los tres miembros de la Trinidad se conmovieron de piedad por la humanidad y “se dieron a sí mismos a la obra de formar un plan de redención”.12 En este plan, uno funciona como Padre (S. Juan 14:6), Cristo como mediador (1 Timoteo 2:5; Hebreos 8:6; 9:5) y el Espíritu Santo como instructor y guía (S. Juan 14:26; 16:8).
La salvación de los pecadores es presentada por Jesús en los evangelios como una acción trinitaria que requiere fe y la confesión pública del bautismo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado” (S. Marcos 16:16).13 Jesús ordenó que cada pecador que decide ingresar en la iglesia cristiana sea bautizado bajo la fórmula bautismal trinitaria: “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (S. Mateo 28:19). Además de formar parte de la ceremonia de entrada en la iglesia, la Biblia aóade que la Trinidad es la que elige a los que componen el pueblo de Dios (1 Pedro 1:2).
Cuando nos entregamos a Cristo mediante el bautismo, hacemos una promesa pública en la que reconocemos a un Dios trinitario, y garantizamos que, si pedimos ayuda, “estas tres potestades nos auxiliarán en cualquier emergencia”.14 Los miembros de la Trinidad son “tres poderes grandes e infinitos que se encuentran mancomunadamente comprometidos a trabajar en nuestro favor”.15
Conclusión
El plan de la salvación es de naturaleza recíproca. En este plan aceptamos el sacrificio de Cristo por nuestros pecados y nos comprometemos, como sus discípulos, a avanzar con ellos “para llevar a cabo la obra y convencer de pecado al mundo”.16 Mediante el rito del bautismo “formulamos virtualmente un juramento solemne, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, para que de ese momento en adelante nuestras vidas permanezcan
“fusionadas con las vidas de estas tres grandes Personas”. 17
Referencias bíblicas que presentan a los miembros de la Trinidad como el verdadero Dios. . .
Jehová:
Jeremías 10:10
Apocalipsis 15:7
Cristo:
1 Juan 5:20
S. Juan 14:6
S. Mateo 2:5, 6
Apocalipsis 1:18
Espíritu Santo:
S. Juan 14:16, 17
2 Corintios 3:16-18
Los Tres en unidad e igualdad:
S. Mateo 28:19
2 Corintios 13:14
Efesios 4:4-6
1. Elena G. White, La maravillosa gracia de Dios, p. 143.
2. En plural, Elohim aparece en la Biblia más de 240 veces—Young’s Concordance.
3. William Barker, Who’s Who in Church History (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1977), s.v. “Tertullian”, 272-273.
4. Ernest Evans, Tertullian’s Treatise against Praxeas (Eugene, OR: Wipf and Stock Publisher, 1948), capítulos 2-3.
5. Se estima que de las 38.000 denominaciones cristianas que existen en el mundo, solo nueve no creen en la Trinidad. Mary Fairchild, 9 Faith Groups that Reject the Trinity (URL: https://www.thoughtco.com/faith-groups-that-reject-trinity-doctrine-700367).
6. Manual de la iglesia (General Conference of Seventh-day Adventists: División Interamericana, 2015), p. 170.
7. Jn. 5:17-18; 8:41-42.
8. White, Evangelismo, pp. 446-447.
9. Agustín de Hipona (354-430 d.C.). Debate con Maximino—Obispo arriano (URL: (http://www.augustinus.it/spagnolo/conferenza_massimino/conferenza_massimino_libro.htm).
10. White, El evangelismo, pp. 445, 446.
11. White, Patriarcas y profetas, p. 12.
12. White, El Deseado de todas las gentes, p. 219.
13. Las palabras fe y creer encuentran su raiz en pistis.
14. White, Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 396.
15. White, Exaltad a Jesús, p. 103.
16. White, Manuscrito 145, 1901.
17. White, La maravillosa gracia de Dios, p. 150.
El autor es doctor en Ministerio y director del Instituto del Ministerio Hispano de la Universidad Andrews. Escribe desde Berrien Springs, Michigan.