0-2 años –PRIMEROS AÑOS: 14 horas. Algunos requieren una o dos horas más durante el primer año.
2-4 años – NIÑEZ TEMPRANA: 14 horas, solo que divididas en 12 por la noche y 2 durante el día.
4-6 años – EDAD PREESCOLAR: De 11 a 13 horas diarias; una o dos pueden ser durante el día a horarios fijos preestablecidos.
6-9 años – EDAD ESCOLAR: De 10-12 horas, pese a que muchos pueden sentirse bien con 9 horas en horarios regulares. La decisión de cuántas horas son suficientes debe ser basada en el rendimiento y la energía que el niño muestre durante el día.
9-12 años – PREADOLESCENCIA: De 10-12 horas. Desafortunadamente muchos duermen 8 horas solamente. También a esta edad los padres deben determinar las horas que el preadolescente duerme, basados en el rendimiento y la energía que muestre durante el día.
12-15 años – ADOLESCENCIA TEMPRANA: 8 a 9 horas cada noche y a horarios fijos. Un ejemplo: a la edad de 12 años los adolescentes deben dormir de 9:00 p.m. a 6:00 a.m; a los 15 años, de las 10:00 p.m. a las 6:00 a.m.; más tiempo durante los fines de semana.
15-18 años – ADOLESCENCIA TARDÍA: 8 horas por la noche, a horarios fijos; más tiempo durante los fines de semana.
18-25 años – VIDA ADULTA TEMPRANA: Por lo menos 8 horas, en horas fijas y evitando alteraciones o cambios constantes en el horario. Ver televisión o usar la computadora después de las diez de la noche es el mayor problema a esta edad.
25-55 – VIDA ADULTA MEDIA Y TARDÍA: Un promedio de 8 horas, a horarios preestablecidos. Es importante destacar que el cambio de horarios afecta las funciones del reloj biológico. Las personas que trabajan de noche, o tienen turnos rotativos, generalmente no duermen durante el día la cantidad de horas necesarias para restaurar las energías del cuerpo y de la mente. Los expertos en este tema han establecido que el sueño REM (el período de sueño profundo y reparador) toma lugar entre las 10:30 p.m. y las 4:00 a.m., aproximadamente.
55-90 años – ENVEJECIMIENTO: De los 55 en adelante no existen patrones establecidos con respecto al sueño. La cantidad de sueño para cada persona varía según la edad, el estilo de vida, la salud, etc.
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