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Me diagnosticaron hipertensión, ¿y ahora qué hago? Muchas veces he escuchado esta pregunta de mis clientes. Lo interesante es que hacía tiempo que eran hipertensos, pero no lo sabían, ya que esta condición es conocida como “el asesino silencioso”. Sientes que estás bien. . . hasta que de repente no lo estás. Este es un problema generalizado. Según los resultados que arrojó la National Health and Nutrition Examination Survey 2011–2012, afecta a uno de cada tres adultos estadounidenses.

La hipertensión es una enfermedad que, si no se atiende, puede destruir los órganos e incluso acabar con la vida. Si tienes hipertensión, no ignores tu condición. Estos son algunos pasos que puedes seguir para controlar o eliminar tu hipertensión y vivir la calidad de vida que mereces.

Camina y ejercítate regularmente

Los expertos en salud concuerdan que una de las mejores cosas que puedes hacer para bajar la presión alta es hacer ejercicio. Desde hace 150 años ya este consejo se nos había compartido: “El ejercicio de caminar, siempre que se lo pueda hacer, es el mejor remedio para los cuerpos enfermos, porque mediante él se ejercitan todos los órganos del cuerpo”.* Hoy en día la ciencia confirma ese hecho de ejercitar el cuerpo para una mejor salud. El ejercicio regular fortalece el corazón. Esto hace más eficiente el bombeo de sangre y contribuye a disminuir la presión en las arterias. Si te es posible caminar 30 minutos por día, 4-6 veces por semana, será un gran remedio para mejorar tu presión arterial alta.

Aprende a manejar el estrés

El estrés es un factor que contribuye a la hipertensión arterial. El estrés crónico hace que la frecuencia cardíaca sea más rápida y que los vasos sanguíneos se contraigan; así se dispara la presión arterial. Una medida que puedes tomar para reducir el estrés es la lectura. Según un estudio de 2009 en la Universidad de Sussex, la lectura puede reducir el estrés hasta en un 68 por ciento. A mí, la lectura de la Biblia me trae paz. Haz de la lectura un hábito y benefíciate de la disminución del estrés, y aun más si se trata de la Biblia, el libro del amor de Dios por sus hijos.

Pierde peso

La pérdida del exceso de peso es favorable para la salud de tu corazón y reduce la hipertensión. Un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Texas A&M, en su laboratorio de ejercicio y nutrición del deporte, encontró que la pérdida de un cinco por ciento de masa corporal puede reducir la presión arterial significativamente. La pérdida de peso nos solo te hará bien, también te verás mejor. Si necesitas controlar tu apetito, hazlo. Si necesitas hacer ejercicio, este es el momento. ¡La clave es la disminución de la grasa!

El “asesino silencioso” no debería ser tu asesino. Toma el control de tu vida: empieza a caminar y ejercitarte, aprende a controlar mejor tu estrés, y sé sabio en controlar tu apetito para bajar de peso. Recuerda que tú eres el instrumento que Dios quiere usar para beneficiar a tu familia, y si amas a Cristo, para llevar las buenas nuevas de salvación. Si tienes una salud pobre, tu utilidad será menor. Pide sabiduría y fuerza a Dios, que él las da sin medida. Hoy es el día de romper las cadenas que te están robando la salud. Marcha hacia adelante, que el Espíritu Santo va contigo.

* Elena G. de White, Consejos sobre la salud, p. 197.

El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.

Muévete

por Columna regular
  
Tomado de El Centinela®
de Febrero 2020