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El sol es una de las maravillas de la creación de Dios para el beneficio del planeta y de la humanidad. Podemos pensar en el sol e imaginar que vamos en un crucero rumbo al Caribe o hacia Cancún, pero también podemos pensar en el cáncer.

Está comprobado que para conseguir suficiente vitamina D es necesaria la exposición al sol. Estos son algunos beneficios de la luz solar cuando se usa adecuadamente.

Mejora la calidad del sueño

La luz del sol aumenta la producción de melatonina en el cuerpo, una hormona que ayuda a dormir y que es producida por la glándula pineal durante la noche. La exposición moderada a la luz solar puede ayudarle a mantener su ritmo circadiano: el reloj biológico humano que regula las funciones fisiológicas del organismo para que siga un ciclo regular que se repite cada 24 horas, y que coincide con los estados del sueño.

Fortalece los huesos

Los rayos solares permiten que el organismo produzca vitamina D, la que contribuye a fortalecer los huesos. Dicha vitamina favorece la absorción del calcio de los intestinos y el depósito de calcio en la formación de huesos sanos. Diez o quince minutos de exposición durante el mediodía conduce a la producción de 10.000 unidades internacionales de vitamina D, y está demostrado que contribuye a disminuir el riesgo de muchos tipos de cáncer.

Fortalece el sistema inmunitario

La exposición a la luz solar fortalece el sistema inmunitario y así nos protege de diversas enfermedades, pues aumentan los glóbulos blancos y linfocitos. Estas células protegen contra las infecciones y pueden reducir en gran medida la frecuencia de los resfriados. Estos beneficios se pueden recibir con solo diez minutos de sol dos a tres veces por semana.

Aunque la luz del sol es buena, se recomienda una exposición moderada. Factores tales como la pigmentación de la piel, el tiempo, la hora del día, y la cantidad de piel que sea expuesta determinará la dosis saludable de sol para tu salud. Una óptima calidad de sueño, huesos fuertes y un sistema inmunitario saludable son cosas deseables. Pero la mayor necesidad humana es la presencia de Dios en nuestro ser. El salmista recurre a la metáfora del sol, y lo expresa de esta manera: “Sol y escudo es Jehová Dios” (Salmo 84:11).

Muévete

por Oscar Santana
  
Tomado de El Centinela®
de Junio 2015