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Cuando nos dio la vida, Dios nos concedió un don inestimable: la libertad. El buen uso de la libertad nos haría felices, pero el mal uso de este don nos atenazaría mediante prácticas perjudiciales.

Esto se aplica también al estado físico. Las personas que siguen los consejos de Dios sobre el cuidado de su cuerpo son generalmente sanas y alegres, las que no lo hacen así suelen enfermarse y estar atadas a hábitos perjudiciales.

Hay tres hábitos comunes que debilitan a muchos, tal vez a ti también. Consideremos los perjuicios de estas prácticas y la manera de liberarnos de ellas.

Demasiado tiempo viendo televisión

El informe de un estudio realizado entre 9.000 personas reveló que quie nes veían más de dos horas de televisión al día consumían más refrescos y comida chatarra, azucarada y grasosa. Si este es tu caso, estás consumiendo muchas calorías y tal vez tienes poca actividad física. Esto aumentará la probabilidad de subir de peso y de desarrollar diabetes tipo 2. Es mejor ver menos la televisión y hacer unos treinta minutos de ejercicio cada día con la familia o los amigos.

Saltarse el desayuno

Si fueras el capitán de un avión y tuvieras que volar durante ocho horas, ¿cuándo llenarías de combustible el tanque, antes de despegar o después de aterrizar? Así también ocurre con tu organismo. Necesitas combustible de calidad al comenzar el día, porque las actividades cotidianas demandan mucha energía. El desayuno llena las células de calorías; por ello ya no se tiene que comer mucho por la tarde. Adquiere el hábito de desayunar todos los días. Puedes comenzar con una manzana y quince almendras crudas, y con el tiempo llegarás a tener un desayuno más variado y abundante.

Dormir después de la medianoche

Según los resultados de un estudio sobre los trastornos del sueóo, realizado entre 1.024 voluntarios de la Wisconsin Sleep Cohort Study, la falta de sueóo altera la función de las hormonas reguladoras del apetito. Mientras menos horas dormían los participantes, más alto era su índice de masa corporal.

Para mantener un mejor nivel de grasa corporal, es sabio acostarse antes de la medianoche.

Conclusión

Ver menos televisión, desayunar cada maóana y dormir antes de la medianoche mejorará tu salud. Además, tu voluntad se fortalecerá y será más apta para abandonar otras prácticas daóinas.

Ahora quiero presentarte al Libertador, a Jesucristo, quien liberó a los hebreos del dominio egipcio. Si él pudo librar a Israel de una esclavitud que duró cuatro siglos, con más razón puede libertarte a ti de tus hábitos perjudiciales. No sé cuál sea tu adicción o tu aflicción, pero sí sé que el poder de Dios puede romper cualquier cadena. En estos días de Semana Santa, cuando recordamos la liberación del pecado, Jesús quiere ser también tu Libertador de todo mal. Recíbelo ahora mismo.

El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.

Muévete

por Oscar Santana
  
Tomado de El Centinela®
de Marzo 2016