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Aunque la homosexualidad no es el plan de Dios para la sexualidad humana, la salvación obrada por Jesús está al alcance de todos.

Es posible que más de un amigo te haya comentado sobre la homosexualidad. Hoy se presenta como algo completamente natural a través de los medios masivos de comunicación. Incluso hay algunos personajes de la farándula que han reconocido su preferencia por personas del mismo sexo, causando con ello furor entre algunos de sus seguidores.

En más de una ocasión he hablado al respecto con ciertas personas, e incluso conversé hace poco con un entrañable amigo médico que me dio sus puntos de vista. El tema se ha intensificado porque recientemente se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo en México (para el Distrito Federal el 21 de diciembre de 2009) y en Argentina (15 de julio de 2010). ¿Pero qué dice la Biblia sobre la homosexualidad? ¿Aprueban las Escrituras la inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo?

La homosexualidad entre los vecinos de Israel

Desde tiempos antiguos, en el Cercano Oriente la homosexualidad era conocida y practicada como una forma de indulgencia carnal. Antes de la llegada de los israelitas a Canaán, las prácticas sacro homosexuales y la prostitución femenina en los cultos de adoración eran parte de la vida de dichas naciones. Por eso en Levítico 18:1-3, 24-30 y 20:23-25, se da la impresión de que tales prácticas prohibidas para los hebreos eran conocidas entre los egipcios y cananeos. Asimismo, la conducta travesti para propósitos mágicos e incluso el bestialismo, las orgías en lugares altos, la automutilación y el sacrificio de niños, eran parte de los ritos de la religión cananea.1 En los textos cananeos, los dioses destruyen y tienen relaciones sexuales como parte del proceso de la creación. En cambio, el Dios hebreo no necesita del sexo para crear a la humanidad; únicamente requiere hablar. De ahí que se dé innovador sentido al poder de la palabra hablada, y posteriormente escrita.

La naturaleza sexual en la Biblia

Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Aquí se menciona claramente que el Señor creó una distinción sexual. El texto bíblico señala que cada uno es el complemento del otro y que disfruta de equidad espiritual. No hay ninguna sugerencia en esta parte de la Biblia en cuanto a una división de una criatura bisexual o indiferenciada sexualmente en dos sexos distintos. En Génesis, el sexo no se deifica ni tampoco se niega. Más bien, está sólidamente fundamentado dentro de los propósitos creativos de Dios. Incluso, la principal necesidad mutua del hombre y la mujer se subraya en las Escrituras: juntos forman la unidad de lo que se conoce como humanidad.2 Es gracias a esta unión que el ser humano llega a tener la imagen de Dios; entonces, la dualidad sexual es necesaria para una comprensión plena de la imagen de Dios.3

Los textos bíblicos del Antiguo Testamento

Levítico 18:22: “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.

Levítico 20:13: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”.

Deuteronomio 23:17-18: “No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel. No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro”.

1 Reyes 14:23-24: “Porque ellos también se edificaron lugares altos, estatuas, e imágenes de Asera, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso. Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel”.

Las advertencias anteriores hicieron que en Israel la práctica de la homosexualidad no fuera tan común como en los otros pueblos. La ausencia de condenación de esta práctica entre los profetas hebreos es un buen indicador que su influencia era mínima en el pueblo de Dios.

La iglesia primitiva frente a la homosexualidad

Los primeros cristianos vivieron en un mundo que tenía fuertes vínculos con la cultura griega, a pesar de ser dominado por el Imperio Romano. Entre los griegos la homosexualidad estaba muy difundida, y su forma más común era la pederastia. No obstante, también es cierto que la homosexualidad temprana griega era considerada estrictamente una conveniencia controlada en vez de una condición incontrolable y “natural”.4 El gimnasio era un centro donde se entrenaba a los jóvenes en cuestiones académicas, físicas y militares, que llegó a ser famoso por la práctica de la pederastia. Además, la homosexualidad se mencionaba en algunos dramas griegos, y era considerada por grandes filósofos de la talla de Platón.

Fue así como la iglesia cristiana tuvo que enfrentar esta situación en la medida que la predicación del evangelio llegó a diversos países del mundo conocido. De ahí que el apóstol Pablo haya hecho referencia a dicha práctica en algunos versículos bíblicos:

Romanos 1:26-28: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”.

1 Corintios 6:9-10: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”.

En estos textos el apóstol Pablo afirma que la homosexualidad no es parte del plan de Dios para los sexos. Tampoco es parte de la santificación del cristiano que culmina con la entrada al reino de los cielos. Su práctica está prohibida por la misma autoridad que prohíbe matar y adulterar. Otros textos que se refieren a la homosexualidad en el Nuevo Testamento son 2 Pedro 2:6-10; Judas 7, 8; Apocalipsis 22:14, 15.

Ahora bien, las personas con orientación homosexual son seres humanos con la facultad de decidir si han de satisfacer sus deseos. Es posible que nunca cambien su orientación, pero sí pueden ejercer el poder de su voluntad y la facultad de elección para inhibir tales deseos y no para realzarlos. En ese sentido han de abstenerse del erotismo con personas del mismo sexo, al igual que el heterosexual soltero debe abstenerse del sexo fuera del matrimonio. Por supuesto, en el caso del homosexual, según el plan de Dios, esta abstención debe durar toda la vida.

¿Y si tales inclinaciones son imposibles de contener? Como cristianos creemos que Dios puede cambiar lo que para el mundo es imposible, tanto para los homosexuales como para los heterosexuales. La Biblia dice que todo es posible con la ayuda de Jesús (Filipenses 4:13). ¡Pero si Dios va a perdonarnos a todos! —alegan algunos— ¿cuál es el problema con la homosexualidad? Eso es abaratar la gracia de Dios. Dios tiene poder para guardarnos de pecar.

¿Qué debemos hacer los creyentes con los homosexuales? Ellos son seres humanos bajo una situación compleja. Muchos sufren a causa de sus tendencias y necesitan ayuda. Por lo tanto, “la iglesia debe aceptar la orientación sexual de un individuo que necesita ayuda y apoyo y que lucha contra las preferencias hacia el mismo sexo. Pero aquellos que insisten en promover el estilo de vida homosexual activo como una norma natural, o incluso superior a las relaciones heterosexuales, por ese mismo acto desprecian o minan la única autoridad sobre la cual la propia iglesia y su misión están basadas, a saber, las Escrituras”.5

Como cristianos y seguidores de Jesús, hacemos una distinción importante entre el pecado y el pecador. Como Jesús, no aprobamos aquello que Dios no aprueba, pero aun así amamos y aceptamos al pecador. Jesús vino a salvar y a buscar a los perdidos, esto nos incluye a todos.

1Ronald M. Springett, Homosexuality in History and the Scriptures (Washington: Biblical Research Institute, 1988), p. 47.
2Ibíd., p. 52.
3Ibíd.
4Ibíd., p. 88.
5Ibíd., p. 164.


El autor es doctor en Letras y funge como director editorial de GEMA, una casa editora de la Iglesia Adventista en México, D. F.


Verdades bíblicas en cuanto a la sexualidad

  • El sexo es creación divina (Génesis 1:27 y 31).
  • La práctica del sexo se ha degradado (Eclesiastés 7:29; Gálatas 5:19, 21).
  • El pecado sexual puede ser perdonado (S. Lucas 19:10; S. Mateo 21:31, 32; S. Juan 8:11).
  • El cristiano debe vivir la sexualidad bajo la influencia total del Espíritu de Dios (1 Corintios 6:20; 7:39).

¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?

por Alejandro Medina
  
Tomado de El Centinela®
de Marzo 2011