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Recuerdas cuando la motivación para mejorar tu salud y ponerte en forma estaba por los cielos? Eran los primeros días de 2017, pero ahora la rutina de ejercicios, la preparación de una alimentación nutritiva y los deberes de la vida cotidiana te cansan o aburren. Tal vez, el exceso de trabajo te está robando la energía, y el ejercicio ya no forma parte de tus prioridades. Puede ser que los resultados que esperabas no son los mejores, y como no ves mejoría en tu estado físico, te vas desmoralizando. Si ese es tu caso, no te desanimes. Todos nos hemos desanimado alguna vez, pero hay también buenas noticias: la llama de tu entusiasmo puede permanecer viva hasta alcanzar la meta. Estos consejos pueden ayudarte a lograrlo.

Mantén viva la motivación

Recuerda cuál es la razón por la que estás ejercitándote y alimentándote bien. Visualiza tu felicidad al lograr tu objetivo. Cómo te sentirás al ponerte el vestido o el pantalón que tanto has anhelado y que ahora no puedes. Que alegría será el poder jugar con tus hijos o tus nietos y no tener que privarte de ese beneficio porque tu cuerpo no tiene energía. Qué gozo será cuando vuelvas a visitar al médico y él te diga que tu nivel de azúcar o colesterol en la sangre, o grasa corporal han mejorado y ya no necesitas las medicinas. ¿Puedes imaginar esas buenas noticias? Tú mereces vivir bien. Mantén viva la motivación, no desmayes, que muy pronto cantarás el himno de victoria.

Cambia tu rutina

Realizar la misma rutina de ejercicio y comer lo mismo puede ser aburrido. Tu cuerpo se adaptará y así te será más difícil obtener los resultados deseados. Respecto al ejercicio, si empezabas con una rutina de piernas, cámbiala a una rutina de espalda. Si siempre corrías, prueba con la natación. En otras palabras, dale vida a tu rutina y revive el gozo de hacer ejercicio. Respecto a la alimentación, el consumo de avena es saludable para mucha gente, pero si la comes a diario te privarás de los nutrientes que otros alimentos pueden aportar. Come hoy avena, mañana quinoa, y al otro día trigo. Procura variar la nutrición para que tu organismo no se aburra y obtengas mejores resultados.

Tu objetivo vale la pena. Y cuando ya no sientas deseos de proseguir, recuerda tu motivación, cambia la rutina de ejercicio y prueba con otros alimentos. Estos cambios serán como nuevo combustible para proseguir hacia la meta. Tu Padre celestial quiere que perseveres. él te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10). Y aunque todo lo demás fallare, él seguirá animándote.

El autor es nutricionista y entrenador personal. Escribe desde Seattle, Washington.

Muévete

por Oscar Santana
  
Tomado de El Centinela®
de Febrero 2017