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Hace algunos años hablar del fin del mundo era un tema casi exclusivamente religioso. Parecía que los sermones de líderes espirituales acerca del futuro eran demasiado catastróficos, desastrosos y negativos ante los discursos progresistas y vanguardistas de los sectores científicos de la sociedad. Sin embargo, hoy son los ambientalistas, los ecologistas y científicos quienes están seriamente preocupados por el calentamiento global y el cambio climático del planeta, el cual ha provocado que hoy padezcamos cada vez más huracanes, y más agresivos, así como más terremotos.

En 1945 se fundó el Boletín de los Científicos Atómicos1 por científicos de la Universidad de Chicago, quienes habían trabajado en el Proyecto Manhattan (la bomba atómica) y estaban seriamente preocupados por el uso de la energía nuclear y los peligros de una inminente guerra nuclear. En 1947 esta organización diseñó el Reloj del Juicio Final para ilustrar los peligros de la energía atómica y otras armas de destrucción masiva para la raza humana. Por la complejidad del momento en el que se vivía, la hora del reloj se fijó con las 11:55 p.m. Hasta el año 2006, el reloj ha sido ajustado diecisiete veces. Pero a causa de los graves peligros del calentamiento global y de que ahora Corea del Norte tiene también armas nucleares e Irán acumula cada vez más uranio, uniéndose así al club de países armados con tecnología nuclear, el 17 de enero de 2007 los Científicos Atómicos decidieron adelantar el reloj de las 11:52 p.m., ajustado por última vez en 2002, a las 11:55 p.m. Con eso advierten lo cerca que estamos de la destrucción del planeta.

¿De verdad ocurrirá el fin del mundo o acaso es un terror infundado? ¿Qué dice la Biblia en cuanto a la esencia del fin del mundo? A la luz de la historia del diluvio, hay cuatro características del desenlace de la historia de la humanidad.2 En las Escrituras hay una clave muy importante para entender el fin del mundo, a saber, los tiempos de Noé (S. Mateo 24:37). Jesús dijo: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. En otras palabras: “Si desean comprender cómo será la condición mundial en los últimos días, deben analizar cómo fueron las condiciones de vida del planeta antes del diluvio”. Por lo tanto, las circunstancias de dicha época nos pueden orientar en cuanto a las características del tiempo final.

Decadencia

Al analizar Génesis 6:1-6 es conmovedor darse cuenta del sufrimiento de Dios ante la corrupción del corazón humano. El versículo 5 es estremecedor: “El Señor vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo sólo el mal” (NRV 2000). La maldad del ser humano había llegado a un nivel insostenible: muerte, violencia, perversión e idolatría. No debemos olvidar que, probablemente, el número de habitantes del planeta era similar al actual.3 Ello se traduce en desorden, suciedad, hacinamiento, corrupción e inclusive contaminación ambiental.

La historia se repite en la época contemporánea. Simplemente es asunto de abrir algún periódico, navegar por Internet, encender un televisor o caminar por una de nuestras megaurbes, aun por las pequeñas ciudades y poblados, para constatar el auge de la maldad y la violencia. Ya sea en los hogares, las escuelas, los gobiernos, los negocios y comercios, la huella de la perversión y malicia ha tomado una importancia inigualable junto con sus implicaciones: asesinatos, robos, masacres, torturas, destrucción, intolerancia, injusticias, corrupción, violencia intrafamiliar. Sin duda, el ser humano tiene más información, pero no necesariamente eso lo ha convertido en una mejor persona. Por eso, en medio de este desorden, es necesario que el propio Dios intervenga poderosamente para frenar la decadencia humana. Del mismo modo que en los días de Noé, el Señor manifestará su descontento con la conducta humana hacia sí mismo y hacia la naturaleza. Pero al igual que en los días de Noé, el Padre celestial protegerá a sus hijos de todo tipo de mal que caiga sobre la Tierra.

Proclamación

El registro bíblico indica que Noé duró mucho tiempo proclamando un mensaje muy claro de parte del Señor: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos” (Génesis 6:13). Durante ciento veinte años4 se escuchó por el mundo conocido de aquel entonces la inminente decisión del Señor: destruir a los seres vivientes de la Tierra a través de un diluvio universal. No obstante, también se escuchó la invitación divina a la población para que se arrepintiera y aceptara el medio divino de salvación, a saber, el arca.

La predicación de Noé fue juzgada de ridícula, fanática, ignorante, insensata e infantil. “El mundo antediluviano razonaba que las leyes de la naturaleza habían sido estables durante muchos siglos. Las estaciones se habían sucedido unas a otras en orden. Hasta entonces nunca había llovido; la tierra había sido regada por una niebla o rocío. Los ríos nunca habían salido de sus cauces, sino que habían llevado sus aguas libremente hacia el mar. Leyes fijas habían mantenido las aguas dentro de sus límites naturales”.5

La población nunca había visto llover. No estaba comprobado. No era científico lo que Noé predicaba. Ningún intelectual o sabio de la época se atrevía a considerar las palabras del siervo de Dios como aceptables. ¡No había arraigo popular en la predicación de Noé! Solo unos pocos (algunos de sus familiares) decidieron aceptar la advertencia e ingresaron al arca. Sin embargo, aun cuando la mayoría creía que negando la Palabra de Dios ésta no se cumpliría, el mundo fue destruido por un gran diluvio que no sólo se registra en la Biblia, sino de formas diversas en más de ochenta leyendas y tradiciones entre tribus y naciones de todo el planeta6 que hoy en día todavía podemos leer.7 Hoy en día ocurre algo similar con lo que le pasó a Noé. La reacción de la raza humana ante el inminente regreso de Cristo a la Tierra es de burla, escarnio, rebeldía e indiferencia. No es lógico ni científico que Jesús aparezca en las nubes de los cielos para llevar consigo a sus hijos. Además, ninguna personalidad del mundo del saber avala el hecho. Todo lo contrario, se unen a los coros de escépticos que juzgan el anuncio como ridículo, fantasioso e intrascendente.

Juicio

El término “juicio” es empleado aquí en sentido de ejecución. El Señor mostró la condición de los hombres y ahora cumplirá lo que ha dicho por boca de Noé. Paradójicamente, los primeros que obedecen son los animales, al entrar al arca. Noé realiza la última invitación. La gente continúa con sus burlas. Entonces la puerta es cerrada. Pasan siete días y comienza a oscurecerse el cielo bajo el rugido ensordecedor de los truenos y el espectáculo de los rayos ante la mirada de espanto y terror de los habitantes de la Tierra. ¡Ahora sí desean entrar en el arca de la salvación! Ruegan a Noé abrir la puerta mientras las gruesas gotas de lluvia golpean violentamente sus rostros. Pero es demasiado tarde, el tiempo de gracia ha terminado. Dios ha cumplido su profecía. Ha ejecutado su juicio. Así, millones de hombres, mujeres y niños perecen por su propia decisión al no escuchar la advertencia divina.

El mundo no será destruido por una Tercera Guerra Mundial. No seremos aniquilados en medio del caos provocado por la sobrepoblación, la contaminación ambiental o la falta de alimentos. No padeceremos una invasión ovni con seres extraterrestres que gobernarán el planeta. Dios cumplirá su Palabra. ¡Jesús vendrá a la Tierra por segunda vez en gloria y majestad! (S. Juan 14:1-3).

Regeneración

La llegada del fin en el tiempo de Noé, con el diluvio, involucró la destrucción física del planeta y su posterior restauración.8 Es decir, el Señor deseaba renovar el mundo. Y así ocurrió. Dios no deseaba destruir la naturaleza solamente por algún capricho suyo. Anhelaba restablecerla para que ahí habitaran aquellos que habían creído en su Palabra y confiado en sus promesas. Los redimidos del diluvio disfrutarían la heredad que el Señor les preparaba, de modo que nuevas generaciones llegarían a poblar la Tierra partiendo de la familia del propio Noé.

De la misma manera, el fin que nos espera tiene como objetivo depurar físicamente el planeta de contaminación, erosión y deformación, así como de los generadores humanos de la violencia, perversión, idolatría. Así, el texto bíblico aclara: “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Apocalipsis 21:1). ¡Qué hermoso será habitar en un lugar que Dios restaurará para sus hijos! La mano del Señor transformará la Tierra y aquí se establecerá la capital del reino de Dios: la Nueva Jerusalén. ¡Qué distinto será nuestro mundo entonces!

Pero no podemos especular en cuanto a qué sí y qué no habrá en la Tierra Nueva. La Biblia dice: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9). En la finitud de nuestra imaginación, la Tierra Nueva marca un desafío a la sumisión y la esperanza del hombre en la promesa de bienestar por parte de Dios.

1www.thebulletin.org2Jon Paulien, What the Bible Says About the End Time (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 1944, pp. 44-46.3René Noorbergen, El misterio del arca perdida (México: Asociación Publicadora Interamericana, 1989), pp. 44-47. 4Elena G. de White, Patriarcas y Profetas (México: Publicaciones Interamericanas, 1986), p. 84. 5Ibíd.6 Noorbergen, p. 27.7J. G. Frazer, El Folklore en el Antiguo Testamento (México: Fondo de Cultura Económica, 1994), pp. 66-187.8Paulien, p. 46.


El autor es escritor y director editorial de GEMA Editores, con sede en Ciudad de México.

¿Será que se aproxima el fin?

por Alejandro Medina Villarreal
  
Tomado de El Centinela®
de Enero 2008
  

TERREMOTOS EN EL MUNDO EN AÑOS RECIENTES


1. 12 de diciembre de 1992 - Indonesia. Un terremoto de 6.8 grados en la escala de Richter mata al menos 2,200 personas.
2. 30 de septiembre de 1993 - India. Una serie de terremotos mata casi 10,000 personas al oeste y sur del país.
3. 6 de junio de 1994 - Colombia. Un terremoto provoca derrumbes de cerros y edificios y mata cerca de 1,000 personas al suroeste del país.
4. 17 de enero de 1995 - Japón. Un terremoto de 7.2 grados mata 6,430 personas en Kobe.
5. 28 de mayo de 1995 - Rusia. El peor terremoto en la historia de Rusia, de 7.5 grados, mata 1,989 personas en el lejano oriente.
6. 28 de febrero de 1997 - Irán. Un terremoto de 5.5 grados mata cerca de 1,000 personas al noroeste de Irán.
7. 10 de mayo de 1997 - Irán. Un terremoto de 7.1 grados mata 1,560 personas en las zonas rurales del este del país.
8. 4 de febrero de 1998 - Afganistán. Al menos 4,500 personas mueren en Takhar por un terremoto de 6.1 grados.
9. 30 de mayo de 1998 - Afganistán. Un terremoto de 6.9 grados mata 4,000 personas en la provincia de Takhar.
10. 17 de julio de 1998 - Papúa Nueva Guinea. Un terremoto de 7.1 grados ocasiona tres tsunami que matan al menos 2,100 personas.
11. 17 de agosto de 1999 - Turquía. Más de 17,800 personas mueren por un terremoto de 7.4 grados.
12. 21 de septiembre de 1999 - Taiwán. Al menos 2,000 personas mueren y centenares de miles quedan sin viviendas en un terremoto de 7.6 grados.
13. 26 de enero de 2001 - India. Un terremoto de 7.7 grados mata 19,700 personas cerca de la frontera con Pakistán.
14. 26 de marzo de 2002 - Afganistán. Al menos 1,500 personas mueren debido a una serie de terremotos al norte del país.
15. 21 de mayo de 2003 - Argelia. Un terremoto de 6.7 grados mata 2,251 personas.
16. 26 de diciembre de 2003 - Irán. Un terremoto de 6.8 grados golpea la histórica ciudad de Ban, matando 30,948 personas.
17. 26 de diciembre de 2004 - Sureste Asiático. Un terremoto de 9.15 grados ocasiona un tsunami que mata 230,000 personas en 5 países.
18. 28 de marzo de 2005 - Indonesia. Cerca de 1,000 personas mueren en un terremoto de 8.7 grados en la costa de Sumatra.
19. 8 de octubre de 2005 - Pakistán. Al menos 73,000 personas mueren en un terremoto de 7.6 grados al noreste de Islamabad.
20. 31 de marzo de 2006 - Irán. Un terremoto de 6.0 grados mata 70 personas al oeste del país.
21. 6 de marzo de 2007 - Indonesia. Un terremoto de 6.4 grados y otro de 6.3 grados matan más de 70 personas.
22. 16 de julio de 2007 - Japón. Un terremoto de 6.8 grados mata 10 personas al noroeste del país.
23. 15 de agosto de 2007 - Perú. Un terremoto de 8.0 grados mata más de 500 personas en la costa central.
Fuente: REUTERS: in.news.yahoo.com/070912/137/6ko9d.html